martes 11 de septiembre de 2007

 

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Cuidadores, eviten quemarse

Rosalina Orocú Mojica ([email protected]) | Crítica en Línea

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Hay cuadros de impotencia y muchas dudas respecto de si será que están o no cuidando bien al enfermo.

Horas de insomnio, tensión, ansiedad y mucha ingratitud pudieran formar parte de la pesada carga que llevan con amor y sacrificio las personas que tienen que hacerse cargo de un paciente que sufre la enfermedad que roba la memoria: el Alzheimer.

Como a estas personas los recuerdos se le van de la mente como el agua entre las manos, como pierden también independencia y autonomía, se tornan irritables y quejumbrosas.

Nunca están contentas, siempre le buscan la quinta pata al gato.

Que si la comida está muy caliente o muy fría, salada o insípida. Que si la ropa está sucia aunque brille de limpio y huela a rosas. Que si ven enemigos por doquier. Que hay mucha luz. Que nadie los quiere. Que por qué tienen que bañarse todos los días..

Quejas por montones. Injustas muchas. Así que toca al cuidador o cuidadora armarse de paciencia. Por lo general, son las mujeres las que se hacen cargo de atender a los enfermos.

Por si fuera poco, no es menos frecuente en un paciente con Alzheimer que le dé por gritar, lanzar objetos contra la pared, aislarse, mostrar agresividad, o quizás cambiar de un estado anímico a otro en lapsos muy breves, de tal forma que causa desconcierto.

Esto sin sumar que a algunos les da por quitarse la ropa o ponerse varias prendas una encima de la otra, sin necesidad. O sentir que no están en su casa o que los objetos propios le son extraños, y las personas, aunque sean sus familiares.

También suelen tener conductas repetitivas, como preguntar una y otra vez sobre un mismo asunto. Recuerden que la desubicación que sufren es en tiempo y espacio.

Igualmente, el paciente pudiera ver en el cuidador un enemigo en vez de alguien que lo quiere y ayuda. Y de los insultos o amenazas, pudieran pasar a la agresión física.

Eso lo hacen no porque sean desagradecidos. Actúan así porque se sienten impotentes y

o porque la pérdida de la memoria les impide reconocer en la persona que lo cuida alguien que procura su bienestar.

He allí por qué es importante que el cuidador trate de sacar tiempo para descansar, porque puede acabar con su salud tanta tensión acumulada, más el dolor de ver cómo las facultades del ser querido se van deteriorando.

El cuidador debe evitar que lo dominen la impaciencia, ira, angustia, depresión.

Más datos:

Hay equipo auxiliar o herramientas que pueden facilitar el manejo del paciente: urinal portátil, sillas de rueda, camas especiales, muletas, bastones.

Alejar del alcance de estos pacientes objetos con los cuales puedan hacerse daño o hacérselo a alguien más, no es descabellado.

En el caso de pacientes semi-encamados es oportuno colocar pasamanos en baños para que se puedan agarrar si se arriesgan a andar solos.

 

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