Sábado 29 de agosto de 1998

 








 

 


MENSAJE
"Angela de la cuerda floja"

Hermano Pablo
Costa Mesa, California

L
a cuerda se puso tensa. La banda tocó un redoble de tambor y el público retuvo el aliento. Las luces del circo se apagaron, y un reflector enfocó a Angela Wallenda. La muchacha comenzaba su número en la cuerda a 8 metros de altura. Esa sería su despedida, la última noche que actuaría ante el úblico, porque Angela Wallenda estaba muriendo de cáncer.

Ya le habían amputado una pierna y le habían quitado parte de un pulmón. Pero Angela, esposa de Stephen Wallenda y madre de un hijito, no había perdido su fe y su entereza. Aunque venía de una familia de trapecistas con una larga trayectoria, y en el crico caminaba sobre una cuerda floja, no es así en la vida fuera del circo. En la vida caminaba sobre su fe en Dios y sobre una confianza firme en una vida mejor.

Son dignos de admiración los trapecistas que caminan sobre la cuerda floja en los circos. Cada noche de actuación, con cada número que presentan, se juegan la vida. Aunque son muy pocos los que se caen, siempre existe el peligro de un paso en falso, y la muerte siempre los espera abajo, a 8 ó 10 metros de distancia.

Asimismo hay muchas personas que, aunque nunca se han balanceado sobre una cuerda y que jamás escogerían esa profesión, caminan sobre una cuerda floja. Es la cuerda floja de la incertidumbre de la vida.

Para algunos es la incertidumbre de su salud. No saben qué síntomas van a sentir mañana, o si morirán de esta o aquella enfermedad.

Otros viven en la incertidumbre matrimonial. No saben si el esposo o la esposa estará mañana todavía en la casa, o si se escapará con otra ilusión que destruirá trágicamente el hogar.

Aún otros viven en la perpetua incertidumbre de su situación económica. No saben si la vida tomará un giro favorable para darles todo lo que desean. O si podrán contar con lo indispensable para sus necesidades diarias.

Muchas personas viven con un temor agobiante de lo que les espera después de la muerte. No quieren ni pensar en eso, y prefieren cerrar ojos y oídos antes que hacerse la pregunta: qué será de mí cuando muera?

Esas son las personas que caminan sobre la cuerda floja. Pero Cristo quiere darles a todos una base firme, estable, segura. Es la seguridad de la fe y la confianza. Creer en El es andar con confianza, seguridad y paz.

 

 

 

 

 

CULTURA
Servando y Florentino se presentan hoy ante el público boricua.

 

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