Martes 25 de agosto de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Drogas asesinas sin control en Panamá

L
as acciones bélicas y represivas de las autoridades suramericanas contra los carteles de las drogas originan un reacomodo internacional de las rutas, las vía y los arreglos criminales, que ahora utilizan el arco geográfico panameño para distribuir las malignas mercancías en tierras de Centroamérica y del Norte.

La realidad de pobreza, las carencias en la vigilancia costera nativa hace que innumerables embarcaciones, de distintos tipos, tamaños y tecnología, surquen los mares panameños y hagan de las albuferas, caletas y meandros, guaridas idóneas para eludir autoridades y esconder suspicacias; así, en playas de Tonosí son repetidos los alijos drogómanos localizados, y algunas actividades pesqueras, sitas en esa región, fueron objeto de averiguación penal por tráfico de estupefacientes.

En la isla Escudo de Veraguas, en las lejanías bocatoreñas, son constantes desembarcos sospechosos, de tripulaciones foráneas, que utilizan el lugar para intercambios y entendimientos viciosos, delictivos.

La Operación "Panamá Libre de Drogas", durante el régimen endarista permitió descubrir el anclaje de dos columnas de (PVC) herméticamente cerradas, con transmisores de señales adentro, y baterías de catorce días, guiadoras de los aeroplanos del crimen organizado en los rescates de cargamentos que flotan en el mar.

La detención ayer de dos personas provenientes de Cuango, en la costa colonense, quienes transportaban drogas en un bus, es expresión contundente del repartimiento generalizado de narcóticos en nuestra geografía istmeña.

Conviene recordar que reos del Penal de Coiba, en las costas isleñas de la penitenciaría, localizaron alijos de drogas, y dos de ellos, murieron en el consumo. Caso igual en la población santeña donde se marcó el cuadro de juegos con lo que creyó era cal, siendo cocaína.

La declaración contundente del Director General de la Policía Nacional, al señalar que el 85% de los homicidios en Panamá tienen el móvil de las drogas, y asímismo, que se desprende una relación estadística que muestra varias muertes cada vez que se descubre un cargamento de drogas; lo cual indica la íntima cercanías de los delitos.

Cuando los carteles de Cali y Medellín se entendían con los mandones entorchados, el control del tráficol fue riguroso; destruidos los unos y arrinconados los otros, ahora presenciamos la multiplicación de las drogas en nuestro vivir colectivo, cuando lo servicios al delito se cobran en mercancía, ampliándose así el mundo criminal a niveles de horror y asombro.

Las acciones contra las drogas, sus personeros y sus beneficios malignos deben concitar respaldo y apoyo mayoritario de los panameños; y así los vecinos servir de ojos, oídos y palabra contra el crimen, y en favor de la ley.

 

 

 

 


 

AYER GRAFICO
Los busitos de "Palacio" eran el medio de transporte hace más de treinta años.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no me conduzco correctamente en la Iglesia.


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