EDITORIAL
Drogas asesinas sin control en Panamá
Las acciones bélicas
y represivas de las autoridades suramericanas contra los carteles de las
drogas originan un reacomodo internacional de las rutas, las vía
y los arreglos criminales, que ahora utilizan el arco geográfico
panameño para distribuir las malignas mercancías en tierras
de Centroamérica y del Norte.
La realidad de pobreza, las carencias en la vigilancia costera nativa
hace que innumerables embarcaciones, de distintos tipos, tamaños
y tecnología, surquen los mares panameños y hagan de las albuferas,
caletas y meandros, guaridas idóneas para eludir autoridades y esconder
suspicacias; así, en playas de Tonosí son repetidos los alijos
drogómanos localizados, y algunas actividades pesqueras, sitas en
esa región, fueron objeto de averiguación penal por tráfico
de estupefacientes.
En la isla Escudo de Veraguas, en las lejanías bocatoreñas,
son constantes desembarcos sospechosos, de tripulaciones foráneas,
que utilizan el lugar para intercambios y entendimientos viciosos, delictivos.
La Operación "Panamá Libre de Drogas", durante
el régimen endarista permitió descubrir el anclaje de dos
columnas de (PVC) herméticamente cerradas, con transmisores de señales
adentro, y baterías de catorce días, guiadoras de los aeroplanos
del crimen organizado en los rescates de cargamentos que flotan en el mar.
La detención ayer de dos personas provenientes de Cuango, en la
costa colonense, quienes transportaban drogas en un bus, es expresión
contundente del repartimiento generalizado de narcóticos en nuestra
geografía istmeña.
Conviene recordar que reos del Penal de Coiba, en las costas isleñas
de la penitenciaría, localizaron alijos de drogas, y dos de ellos,
murieron en el consumo. Caso igual en la población santeña
donde se marcó el cuadro de juegos con lo que creyó era cal,
siendo cocaína.
La declaración contundente del Director General de la Policía
Nacional, al señalar que el 85% de los homicidios en Panamá
tienen el móvil de las drogas, y asímismo, que se desprende
una relación estadística que muestra varias muertes cada vez
que se descubre un cargamento de drogas; lo cual indica la íntima
cercanías de los delitos.
Cuando los carteles de Cali y Medellín se entendían con
los mandones entorchados, el control del tráficol fue riguroso; destruidos
los unos y arrinconados los otros, ahora presenciamos la multiplicación
de las drogas en nuestro vivir colectivo, cuando lo servicios al delito
se cobran en mercancía, ampliándose así el mundo criminal
a niveles de horror y asombro.
Las acciones contra las drogas, sus personeros y sus beneficios malignos
deben concitar respaldo y apoyo mayoritario de los panameños; y así
los vecinos servir de ojos, oídos y palabra contra el crimen, y en
favor de la ley.
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AYER GRAFICO |
Los busitos de "Palacio" eran el medio de transporte hace más
de treinta años. |
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