FAMILIA
Narcóticos
Anónimos
Octavo Paso
Crítica en Línea
Un problema
que muchos tenemos al comenzar el Octavo Paso y pues al admitir
que causamos daño, es el creer que, en nuestra adicción,
las víctimas fuimos nosotros y no al contrario. Es crucial
que evitamos la racionalización. Debemos discernir lo
que nos hicieron de lo que nosotros hicimos. Totalmente apartamos
justificaciones y asimismo ideas de ser víctimas. A menudo
estamos seguros de que, en realidad, los grandes dañados
somos nosotros; si embargo, o no nos ponemos en la lista o nos
ponemos en el último lugar. Este paso es el largo camino
necesario para reparar el desastre de nuestras vidas.
No seremos mejores por juzgar las faltas del prójimo.
Lo que sí nos hará sentir mejor es esa limpieza
de nuestras vidas que comparta el quitarnos de encima la culpabilidad.
Escribiendo la lista nos daremos cabal cuenta de que, efectivamente,
hicimos daño. Admitimos que ofendimos a otros, directa
o indirectamente, con algún acto, o bien sentirás,
promesas sin cumplir, descuidos, etc.
Hacemos la lista, o continuamos el Cuarto Paso, añadiendo
todas aquellas personas de que nos acordamos. Asumimos la lista
con toda honestidad y también con toda franqueza examinamos
nuestras faltas, de modo que gradualmente seamos capaces de repararlas.
Puede que no sepamos exactamente a quién ofendimos.
Propiamente, casi cualquiera de las personas con quienes tuvimos
algún contacto corrió este peligro. Muchos de nuestros
miembros mencionan a sus padres, cónyuges, hijos, amigos,
conocidos más o menos queridos, otros drogadictos compañeros
de trabajo, jefes o gente totalmente desconocida. Puede resultar
útil hacer una lista aparte de las personas a quienes
debemos dinero. Igualmente, podemos ponernos nosotros mismos
en la lista, puesto que, al ir practicando nuestra adicción,
lentamente nos hemos estado matando.
Como con cada paso, debemos ser minuciosos. La mayoría
de nosotros tiende más a no conseguir los objetivos fijados
que a excederlos. Por otro lado, no podemos dejar este paso sin
terminar simplemente porque no estamos seguros. Nunca estamos
seguros.
La última dificultad que se presenta en este paso es
el separarlo del noveno. Si pretendemos realmente reparar daños,
tal puede ser un obstáculo insuperable tanto en lo que
respecta a hacer la lista como en estar dispuestos a reparar
daños. Por tanto, hacemos este paso como si no existiera
el siguiente. Ni siquiera pensamos en reparar ofensas; sólo
y exclusivamente hacemos lo que el Octavo Paso dice, que es,
hacer una lista y estar dispuestos. Lo que principalmente logramos
con este paso es irnos haciendo conscientes de que, poco a poco,
estamos adquiriendo actitudes nuevas sobre nosotros mismos y
sobre nuestras relaciones con las personas alrededor.
Escuchando con atención a otros miembros de N.A. cuando
compartan sus experiencias con este paso puede evitar confusiones
que a veces ocurran sobre dicha lista y los beneficios derivados
de la misma. Asimismo pueden ser de ayuda nuestros padrinos cuando
nos expliquen lo que a ellos les sucedió al practicar
este paso. Preguntando en el grupo puede incluso darnos una "Conciencia
de Grupo".
|
|
|