MENSAJE
El ni�o bomba
Hermano Pablo
Cr�tica en L�nea
Ten�a s�lo nueve a�os. �Qu� son nueve a�os de vida? Apenas se est� olvidando el gusto de la leche materna. Apenas se comienza a vislumbrar lo que es el mundo donde se ha tenido la fortuna, o la desgracia, de nacer. Nueve a�os ten�a Jorge Mayta Suxo, de Lima, Per�, cuando por una propina de unos pocos soles, m�s o menos un d�lar, acept� llevar cierto paquete y ponerlo en la base de una torre el�ctrica en Lima. Pero la base estaba minada por la polic�a, y una de esas minas estall� y mutil� las dos piernas del ni�o. Jorge Mayta muri� tras veinte horas de espantosa agon�a. Los diarios lo llamaron �el ni�o bomba�. �Qui�nes son los que usan bombas en este mundo? No son los ni�os. De ellos se aprovechan individuos inescrupulosos para ponerlas aqu� o all�, pero los ni�os no las fabrican. La violencia la hacen los adultos, y los ni�os llegan a ser las v�ctimas inocentes. Hasta la segunda guerra mundial, que termin� en el a�o 1945, los ni�os no hab�an participado en la violencia. La guerra la hac�an los grandes. Hab�a que tener por lo menos dieciocho a�os de edad para ingresar al ej�rcito. Pero a partir de esa guerra, y con el despliegue mundial de la guerrilla y el terrorismo, los ni�os tambi�n han tenido que beber la sangre de la violencia. No es extra�o ver en las espesuras de Am�rica, o en las tierras quemadas del �frica, o en los desiertos arenosos de Asia, o en las selvas del Lejano Oriente, a ni�os y ni�as de pocos a�os de edad empu�ando armas autom�ticas. La guerra ya no es oficio de adultos. Hoy a los ni�os se les obliga a participar en ella. �Ser� que el desconcierto del adulto es tal que ni cuenta se da del da�o que hace en la mente y en la vida de peque�os inocentes que �l usa para efectuar sus atrocidades? A eso se a�ade otra inquietud: �C�mo puede una persona ya madura perder de tal manera su valor como creaci�n de Dios, que no s�lo se presta para convertirse en un r�probo, sino que arrastra consigo a inocentes ni�os en su locura misma? Jes�s declar� algo que se aplica a todos nosotros: �Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como ni�os, no entrar�n en el reino de los cielos� (Mateo 18:3). Todos somos creaci�n de Dios. Nuestra vida debe y puede ser radiante. Cristo vino al mundo a buscar lo que se hab�a perdido. Cada uno sabe si es o no esa persona perdida. Si lo es, m�s vale que permita que Cristo entre a su vida. �l lo har� una nueva criatura. Entregu�mosle nuestro coraz�n. El amor de Cristo nos har� una persona nueva.
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