|
EDITORIAL
Las audiencias en el Tr�nsito y las citas m�dicas del Seguro
Dos males que parecen no tener remedio son las citas m�dicas en el Seguro Social y las audiencias que se fijan para ventilar asuntos en la Autoridad Nacional de Tr�nsito y Transporte Terrestre. Estas son verdaderas pesadillas por lo prolongado que son los cupos de las prestaciones m�dicas en una instituci�n que pagan por adelantado y por descuento directo los asegurados. En cuanto al Tr�nsito, las demoras para que se realicen las audiencias van desde semanas y meses, sin que autoridad alguna ponga soluci�n a esta anomal�a. Estos son dos escollos que tienen que resolver las autoridades pertinentes, porque es inadmisible que en una sociedad como la nuestra se tenga que esperar mucho tiempo para resolver, lo que por derecho propio demandan los asegurados y los usuarios del transporte selectivo y colectivo. Para nadie es un secreto el manejo desordenado que caracteriza a los paname�os y a ello contribuye la falta de cortes�a y reglas elementales en la conducci�n de veh�culos a motor. En tanto, en el Seguro Social cualquier asegurado puede morir en espera de que un especialista lo atienda, ya que muchos m�dicos son indolentes y postergan la atenci�n de los pacientes sin considerar las dolencias de los usuarios. Otra agravante es la falta de medicamentos en la farmacia de la instituci�n y que a�n conscientes de la carest�a de tales medicinas la recetan los m�dicos. Muchas veces dan a los asegurados medicamentos similares y si un galeno ordena 30 tabletas, en la farmacia s�lo le dan 15. Mientras tanto, si usted tiene una colisi�n tendr� que esperar con paciencia jobiana a que llegue un polic�a de Tr�nsito, quien despu�s de hacer el parte respectivo, traslada el caso al juzgado que le compete y entonces empieza la larga espera de aproximadamente cinco meses. Es ins�lito que el Gobierno Nacional no halla querido acabar con estos males end�micos que afectan la econom�a del pa�s. Esa complacencia de dejar las cosas como est�n, nos lleva hacia la anarqu�a, porque se pone en evidencia que no hay elementos capaces que estructuren ambas instituciones con dinamismo, rectitud y car�cter. Estos males tienen un arrastre y son culpables todos los gobiernos, desde el tiempo de los militares hasta los que promueven la indolencia civil hasta nuestros d�as.
|
PUNTO CRITICO |
 |
|
