Caritas in veritate, la nueva Carta Encíclica de Su Santidad Benedicto XVI dada en Roma el 29 de Junio de 2009, invita a una seria reflexión de los acontecimientos económicos, científicos, políticos, sociales, laborales, entre otros aspectos del orden.
La caridad en la verdad se necesita. Afirma el Papa: "La verdad es luz que da sentido y valor a la caridad" (n. 3).
La primera porque sobrenaturalmente expresa el amor, la segunda, porque ilumina la inteligencia y complementariamente se pueden expresar en un mismo sentir para que los pueblos puedan, a pesar de las diferencias, encontrar causas comunes de diálogo y de encuentro, también para encontrar y dar luces en la comprensión de valores como la vida, la fraternidad, la sexualidad y la familia, para encausar humanamente la economía, la política y la sociedad actual.
Es importante destacar el aspecto dialógico que encarna la expresión del amor cuando se da en la verdad.
Su alcance más significativo lo destaca el Santo Padre cuando encuentra en este diálogo las posibilidades para el diálogo entre los pueblos, para la integración entre las culturas en un mundo cada vez más globalizado.
En el contexto del diálogo, la política y la integración de los pueblos para superar las crisis actuales, Benedicto XVI llama nuevamente la atención para encontrar beneficios al fenómeno de la globalización cuando la humanidad se define como una gran familia.
Así, entre otras problemáticas con "la caridad en la verdad" se supera el individualismo y se viven las relaciones de inclusión cuando la cultura es el factor determinante en el diálogo; se busca la subsidiaridad y solidaridad cuando preocupa la instauración de una mejora en las interacciones económicas y sociales.
Se busca en la política el bien común y la justicia que como aspecto "mínimo" se debe trascender por medio del amor.
Igualmente se defienden los derechos laborales por encima del interés egoísta de las empresas multinacionales o de los grupos de producción local y se sugiere definir las estrategias de cooperación internacional para superar la dependencia de unos pueblos sobre otros y sus paliativas soluciones, pero se agradece la tarea y responsabilidad social de los medios de comunicación para la defensa y promoción de la dignidad humana y se reoriente la técnica como factor de encuentro y no de superposición de la materia sobre el espíritu, ni como instrumento de autosuficiencia.