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NO HAY PROGRAMAS DE REHABILITACION EN LAS CARCELES
Piedreros en un oscuro callejón sin salida

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Eduardo Soto P.
Crítica en Línea

Fue su propia madre quien lo dijo: Giovanni Francisco Valdés es un "adicto acérrimo" al crack.

Y la tragedia no tiene paciencia, cuando viene de la mano con el vicio: desesperado por conseguir dinero para la droga, Giovanni mató con sus puños a una anciana de 70 años hace una semana.

Ocurrió en el selecto barrio capitalino de "Condado del Rey", donde el muchacho -de 27 años- era conocido por lo bien que cuidaba los jardines. La señora lo dejó entrar, sin sospechar el funesto desenlace.

La crisis lo invadió en plena faena, mientras cortaba la maleza y cuidaba las plantas. Se desesperó, su cuerpo pedía con ansias una dosis. Entró a la casa e increpó a la anciana: "Dame plata (…) dame ropa que estoy sucio". La septuagenaria se asustó y comenzó a pedir auxilio a todo pulmón. Giovanni la acalló con una cadena de golpes en la cara; fuertes, salvajes, con la furia que la locura prodiga a sus esclavos.

Ya en el suelo, vencida y ensangrentada, le dijo al asaltante: "en la peinadora hay plata (…) en la peinadora". Y, en efecto, el joven de 27 años encontró 24 de dólares que le sirvieron para drogarse por cinco días.

Con el dinero en el bolsillo huyó. Antes de salir de la casa le dijo a la doña que llamara a los vecinos, para que la llevaran al hospital. En su escapada miró hacia atrás, y pudo ver a su víctima bajo el quicio de la puerta, de pie, pidiendo auxilio.

Cinco días después, los mismos que estuvo el asesino alienado por la piedra, la anciana murió. El muchacho la había golpeado tanto y tan fuerte, que la mató.

Pero previamente a la muerte, la señora pudo hablar y mencionó el nombre del cortador de césped que la atacó, lo dijo entrecortado y todavía asustada: Gio-va-nni.

DROGAS DESDE LOS CATORCE AÑOS

Hasta aquí es mero accidente el nombre de los protagonistas. El atacante pudo ser cualquiera de los muchos adictos al crack que pululan por las ciudades principales del país.

Y LA VICTIMA PUDO SER USTED

Por ello la intención de este artículo, por si sirve de algo contar la historia de Giovanni y su víctima, es presentar el problema de la droga como motor de la delincuencia, y cómo en las cárceles no hay caminos para volver a una vida normal.

Y la intención no es del periodista, sino de la madre del joven piedrero, Lidia Rosa González de Velázquez, quien evocando el nombre de Jesús (ella es adepta a la iglesia Adventista del Séptimo Día) dice: "Acepto que mi hijo hizo eso (…) acepto que tiene que pagar (…) pero también pido ayuda porque mi hijo está enfermo".

Y añade: "Me duele mucho por la hija de esa señora, porque no va a recuperar más a su mamá. Y sé lo que dice Dios sobre la vida, que no matarás (Lidia está llorando a lágrima suelta) y esto es horrible".

La primera experiencia de Giovanni con los narcóticos fue a los 14 años.

"No sé dónde la consiguió por primera vez [viven en las careadas lomas de la barriada 9 de Enero en San Miguelito], pero empezó con esa marihuana que fuman los muchachos por ahí (…) también le descubrimos unos carrizos [cocaína]", añade la señora mientras estruja sus manos con ansiedad.

Fue en el parque Santa Ana donde por primera vez probó piedra, y fue la mano de un tal "Sicosis" quien se la acercó. A ese hombre Giovanni le decía papá. Incluso el tipo les decía a todos que el muchacho era su hijo.

LA TRAGEDIA EMPEZO HACE MAS DE 40 AÑOS

Pero ¿Por qué Giovanni buscó refugio en la droga? ¿De qué huía?

Esta parte de la historia empieza hace más de cuarenta años, en un pueblo conocido como El Hato de Macaracas, provincia de Los Santos.

Lidia Rosa vivía en esos campos, y quedó huérfana a temprana edad. Su padre, rodeado de hijos por doquier, la "regaló a un tío para que él me mandara a la escuela", explica la madre de Giovanni, quien agrega llorrando: "pero mi tío [quien era viudo reciente] no me puso en la escuela y lo que quería era violarme (…) por eso me vine huyendo".

 

 

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Lidia Rosa vivía en esos campos, y quedó huérfana a temprana edad. Su padre, rodeado de hijos por doquier, la "regaló a un tío para que él me mandara a la escuela", explica la madre de Giovanni, quien agrega llorrando: "pero mi tío [quien era viudo reciente] no me puso en la escuela y lo que quería era violarme (…) por eso me vine huyendo".

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