Nadie creía en "El Torito". Corría contra el viento, nadaba contra corriente. Pero allí estuvo parándose firme, como hombre, como campeón, para demostrar que por más adversidades que se presenten en la vida, tu eres bueno y eso nadie te lo puede quitar.
Rafael Concepción es ese chico humilde de la 24 de Diciembre, que soñó con alcanzar la corona, que pese a ser interina, tiene un valor importante para este gladiador, porque la consiguió en la tierra del rival y enfrentando un sinnúmero de dificultades, entre ellos, rebajar de peso a último momento para llegar al límite de la categoría y problemas para tomar el vuelo que lo llevó, pero todo eso no le impidió creer en sí mismo.
No hablamos de un boxeador cualquiera. Esa corona super mosca interina de la Asociación Mundial de Boxeo tiene un sabor a Panamá, porque es el ejemplo de superación que muchos jóvenes deben seguir. Fácil es hoy día retirarse antes de empezar. Cuando muchos renuncian a las primeras adversidades que se presentan, Concepción prometió ganar y no falló.
"El Torito" hoy nos regala alegrías. No dudó en fajarse y un golpe de gracia le cambió todo. El panameño iba perdiendo y cuando menos lo pensaba, un sólo disparo de sus puños lo llevó a la corona. Su trabajo, su entrenamiento serio, su fe y esperanza le pagaron bien.
Ahora vienen los tiempos buenos, pero también los peligros que acechan a los triunfadores. Lo importante ahora es mantener la disciplina y cosechar más triunfos y por ende bolsas para salir de la pobreza que sufren desde niños muchos panameños.
Gracias campeón por tu ejemplo, en este país donde las máximas alegrías nos la da el deporte. Te felicitamos, ese esfuerzo no pasa desapercibido, no para la prensa, para la fanaticada y ni para su familia.