Nunca es tarde para aprender y mucho menos cuando se ha tenido la esperanza desde muy pequeño, cuando los recursos económicos no lo permitían.
Esto le ha servido de inspiración a la señora Isabel Díaz, quien tiene 80 años y desde hace unos 18 años está pintando sus cuadros con óleo, acuarela, acrílico y pastel seco.
Recuerda Milva Girón, hija de Isabel, que su madre siempre tuvo la inquietud por el arte, ya que desde nueva tejía, bordaba y cosía en alta costura ya que lo que busca es algo que hacer para llenar el tiempo.
En la escuela de Bellas Artes, que estaba ubicada en sus inicios en San Martín comenzó la señora Isabel sus primeras clases por espacio de tres años.
Asegura que le gusta hacer de todo y después que sea manual es mejor por lo que le dedica tiempo a las manualidades.
Su primer cuadro fue un desnudo ya que le llama la atención el cuerpo humano porque considera que es el más perfecto creado por Dios.
Una ardilla, una flor y el jinete sobre un caballo son algunos de sus primeros cuadros ya que se inspira en lo primero que le llegue a la cabeza.
Además de ser una excelente pintora tomo un curso por un año para hacer flores de troqueles en Pocrí, al mismo tiempo que tomaba las clases de pintura.
Las flores se hacen con seda fría o satín, gelatina sin sabor y se le da la forma con los troqueles que compro en la Circunvalación de Chitré en una fabrica de pailas.
El proceso para hacer las flores demora unos cuatro días ya que se almidona la tela con gelatina sin sabor, se seca en una paila, se troquela y se recorta para después se forman las flores.
Flores como rosas, calas y hasta las hojas son hechas con los troqueles por Isabel, quien se las ingenia para hacer algunas diferentes.
En horas de la noche es cuando se dedica la señora Isabel, a escribir sus poesías y a pintar sus cuadros ya que asegura recibe más sabiduría y se concentra aunque es un poco difícil porque de día se ve mejor el color.