Es lógico que los hábitos de comida de los pobres también hayan cambiado con los años. Me sorprendí el otro día cuando me dijeron que algunas familias pobres panameñas le dan comida "de picar" y soda a sus familiares, incluyendo niños.
Se comprende que "la cosa está dura" en muchos hogares del país, y los alimentos por las nubes, con una canasta básica muy cara.
Bueno, siempre ha habido gente pobre en Panamá. Lo que ahora me llama la atención son las soluciones que encuentran algunos "para matar el hambre".
Hace más de cincuenta años en hogares de Río Abajo y Parque Lefevre, le daban a los chiquillos una taza de té aguado y una micha de pan, sin mantequilla. O sólo una sola...
Con eso "resolvían" el desayuno...
Otro desayuno de pobre era una fritura y café. No les extrañe que un guineo fuera todo.
Los más pobres ni siquiera podían consumir esta fruta, que en esa época hasta la regalaban de "pezuña" en algunas tiendas.
Más de uno salió de casa con un vaso de agua y panela en el estómago, o un mango "hilacha".
Los que tenían algo de plata para el medio día comían arroz blanco con guineo, plátano... o un huevo.
A veces había una sopa muy curiosa. Se hacía con huesos... que �ya habían sido usados antes! Llamaban "sustentador" al hueso que se usaba dos o tres veces.
También estaba el famoso "cubito" que salvó a muchos.
Si se le ponían fideos la sopa quedaba más espesa.
Escuché una receta que pienso que era una "leyenda urbana", o sea un cuento.
Me dijeron que los más pobres de los pobres inventaban la "sopa de piedra". Una o dos piedras especiales se calentaban en agua y producían un líquido que tranquilizaba el estómago hambriento.
Sea lo que coman hoy en día los pobres, lo cierto es que hay que ayudarlos a sobrellevar esta horrible realidad.
Sugiero que nutricionistas de la entidades organicen charlas en barrios populares, para orientar sobre cómo comer con poco dinero y de manera saludable.
De esa manera los pobres podrían aprovechar lo poco que tienen, para hacer comidas nutritivas.
Estoy seguro que los nutricionistas crearán recetas adecuadas a la pobreza que sufren muchos panameños.
Da horror pensar que un niño sea alimentado con bebidas de azúcar y "picaditas", que no tienen mayor valor nutritivo.
Después no nos quejemos de la desnutrición...