EDITORIAL
Justicia
Las autoridades panameñas deben hacer el máximo esfuerzo para capturar a los autores materiales e intelectuales del asesinato del abogado Roque Pérez Carrera.
La familia del jurista merece que se haga justicia y se castigue ejemplarmente a los responsables, porque este crimen atroz no puede quedar impune como otros que se han suscitado en Panamá.
La forma como se cometió este homicidio en un restaurante abarrotado de altos funcionarios del Estados, políticos y particulares, ha generado alarma entre los panameños.
La vida de un ser humano debe respetarse. Nadie tiene derecho a arrebatársela, únicamente Dios. Hoy una familia llora desconsolada por la desaparición de un ser querido, y el gobierno tiene la obligación de aclarar todo lo relativo a este hecho de sangre.
La Policía Nacional, Policía Técnica Judicial, SPI y el Ministerio Público, deben asignar a sus mejores cuadros para tratar de esclarecer este hecho y otros que se han cometido durante el presente año.
En vez de seguir en peleas estériles entre el jefe del Ministerio Público y el Ministro de Gobierno, se debe reforzar la lucha conjunta para enfrentar las acciones de los sicarios, que entran y salen del país, sin que ninguna autoridad le ponga un alto.
Mientras no se capture a los responsables, la ciudadanía pondrá en duda la capacidad de los organismos de seguridad, para controlar la violencia que se entroniza en Panamá.
El pistolero que acabó con la vida del abogado Pérez prácticamente lanzó un reto a las autoridades del país, ya que perpetró su hecho delictivo frente a importantes autoridades de la nación. No le importó que se le viera el rostro, todo indica que era un hecho premeditado.
Nadie está seguro en Panamá si no se frena de una vez por todas esa violencia salvaje de la que hoy fue víctima Roque Pérez, pero mañana puede ser cualquier otro panameño.
PUNTO CRITICO |
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