EDITORIAL
Conversaciones de paz en Colombia
Las conversaciones para lograr la paz en Colombia, que deb�an iniciarse hoy, han sido nuevamente pospuestas. El di�ologo bipartita entre las autoridades oficiales con los representantes de las fuerzas armadas rebeldes, tienen el prop�sito de encaminar esfuerzos y alcanzar coincidencias que permitan cesar el estadio de violencia desatada desde hace cincuenta a�os en la hermana rep�blica de Colombia. El evento es saludado con optimismo, en la esperanza de que ambas representaciones logren materializar la paz que con fervor aspiran los habitantes, dejando atr�s las ofensas de la sangre derramada, para asentar un camino de progreso, de avance y desarrollo que haga de la naci�n suramericana el emporio de riquezas, que sus recursos ofrecen, al impulso del quehacer laborioso de sus trabajadores abnegados y sus intelectuales l�cidos. El clima de temores, de miedo acumulado que reina en los colombianos lleva al abandono de heredades, de alejamiento de la patria, en desarraigo que traspasa linderos, y asienta mir�adas desplazadas en fronteras aleda�as, de Panam� y Venezuela, por lo que las pl�ticas pacificadoras, repercuten en nuestro pa�s, al extremo que reconocidos ciudadanos paname�os, entre ellos la presidenta electa, Mireya Moscoso, han ofertado sus buenos oficios para mediar en las conversaciones que esperan construir� la tranquilidad en el convulso pa�s hermano. Las negociaciones avanzan cuando Colombia est� en v�spera de celebrar el 189 aniversario de su gesta independentista, rindiendo honores al momento hist�rico, cuando iluminados pr�ceres vocearon el 20 de julio de 1810, la b�squeda de propios destinos, deslig�ndose del dogal ib�rico de Fernando S�ptimo, proclamando la rep�blica nuevagranadina. El mejor homenaje a las proclamas libertarias que uniera a Colombia con el egregio quehacer del Libertador Sim�n Antonio de la Sant�sima Trinidad Bol�var y Palacios, ser�a que los colombianos agoten sus mejores dotes y puedan reforzar la mayor vocaci�n patri�tica, para ifistas el logro del entendimiento que ponga fin al desangramiento que lista m�s de treinta mil cad�veres, y suma cientos de millones de d�lares consumidos en destrucci�n y en artilugios y herramientas guerreristas, que poco abonan al crecimiento y realizaci�n de la espl�ndida naci�n vecina, con la cual compartimos ochenta y dos a�os de vida com�n, anudando familias, patrimonios, costumbres y estimas. La gloria inmarcesible y el j�bilo inmortal que canta el himno nacional de Colombia debe repetirse para en gloria adolorida se construya la ansiada paz que devuelva al pueblo que cantara Bol�var, el esplendor que lo hiciera c�spide de letras, arte, historia y progreso; destino merecido que se�ala el Creador, al darle el mill�n de kil�metros cuadrados de su geograf�a y la cornucopia de riquezas id�neas para soportar su sitial de ascenso en el seno mundial de las naciones.
PUNTO CRITICO |
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