EDITORIAL
¿Funcionarios "faroleros" o chiquillos con juguete nuevo?
El dirigente del Partido
Demócrata Cristiano, Lic. Guillermo Cochez Jr., calificó a
los Ministros de Estado y demás funcionarios públicos que
abusan de los teléfonos celulares como "faroleros" por
alardear ante el público y subalternos con este avanzado aparato
de la telefonía celular.
El ex parlamentario criticó el hecho de que el Estado tenga que
pagar cuentas de más de cincuenta mil balboas mensuales por el abuso
de este servicio telefónico e instó al Contralor encargado,
Gustavo Pérez, que divulgue los nombres de estos funcionarios que
hacen ostentación con los celulares.
De acuerdo a esta denuncia, varios ministros y servidores públicos
están como "chiquillos con juguete nuevo" y no hacen uso
racional de los teléfonos celulares, a juzgar por las cuantiosas
sumas de dinero que el gobierno tiene que sufragar por el uso de este servicio.
Este es un mal endémico de los funcionarios estatales. Desde la
década del setenta se dictó una prohibición y sanción
de doscientos balboas a cada funcionario que usara papel membreteado y sobres
de carta para uso privado, ya que era escandaloso el uso de material oficial.
Esa disposición actualmente nadie la cumple.
Cuando eran beligerantes las Fuerzas de Defensa, los policías
de tránsito estrenaron varios aparatos de radar y se dieron gusto,
hasta la saciedad, multando a muchos automovilistas con cualquier pretexto.
Tanto fue el abuso que se les fue la mano, por lo que las autoridades superiores
retiraron los mencionados aparatos que se convirtieron en una pesadilla.
Con la transferencia de tecnología, llegaron los fax a las oficinas
públicas y volvió el derroche. Nadie medía el gasto
público. En el costoso papel Bond se envían todavía
a los medios de comunicación muchas noticias intrascendentes de relaciones
públicas de los ministros, en vez de las institucionales de rigor
porque los funcionarios indolentes saben que ese material lo paga el pueblo
panameño y no sale de los bolsillos de tales funcionarios.
Creemos que el Contralor encargado, Gustavo Pérez, se anotaría
un éxito si divulga los nombres de estos derrochadores de los recursos
del Estado y frena también a los que abusan de los vehículos
y combustible que deben ser "para uso oficial" con sus respectivas
franjas amarillas. El que estemos en un año pre político no
debe ser obstáculo para que se corrijan estas anomalías.
Por lo pronto, se impone la destitución de los funcionarios "faroleros"
porque el Estado no puede seguir sufragando la vanidad de elementos fatuos,
vacíos, mediocres, que quieren llamar la atención o buscan
impresionar a otros con la plata del gobierno.
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