Benedicta Villarreal es una mujer de 52 años, que vive en extrema pobreza en el corregimiento de Burunga, distrito de Arraiján.
Benedicta expresa que la falta de estudio la llevaron a vivir en una situación de mucha necesidad. Es madre de tres hijos, quienes la abandonaron cuando cumplieron su mayoría de edad. Ella se dedicaba a la venta de pifá (pixbae) en el puente de Arraijan; años más tarde comenzó a sufrir de enfermedades que la limitaron a seguir trabajando como de costumbre.
Cada día que se levanta, piensa que todo lo que está viviendo es un "mal sueño", pero cuando pone los pies en la tierra fría de su pequeño cuarto de zinc, vuelve a la realidad que le tocó vivir y sólo recuerda su infancia jugando junto a su madre, que la acariciaba constantemente y le repetía al oído cuánto la amaba; jamás se imaginó que su destino era vivir entre tanta pobreza.
La pregunta que se hace es por qué estoy en esta situación; las depresiones que sufre Benedicta son constantes y no sabe cuándo ésta pasará.
La única compañía que tiene a su lado es la de su esposo Secundino Aizprúa, quien trabaja vendiendo ropa que la gente le regala, pero a veces tiene que cambiar la ropa por mangos para poder llevar algo de comer a la casa, porque la gente no quiere pagar por ropa usada y vieja.
ESPERANZA
Benedicta y Secundino no pierden la esperanza que alguna persona caritativa se ponga la mano en el corazón y les quiera ayudar para salir de la miseria y la pobreza en la que viven.