El gobierno de Ricardo Martinelli en sus primeros días ha enviado a la población señales claves de adecentamiento administrativo y un alto a la corrupción.
El capitán de la nave del Estado advirtió que su Gobierno podrá equivocarse, pero no meter las manos.
Las acciones contra el Grupo Figali y su marina parece revelar que a este gobierno no le temblará la mano para tomar acciones contra aquellos que sido favorecidas con concesiones en condiciones cuestionables.
Pero la acción gubernamental no puede concentrarse sólo en sacar los trapos sucios de la anterior administración, sino que debe dedicar mayor esfuerzo en atender dos temas fundamentales para la población y el país: reactivar la economía, reducir los niveles de inseguridad y bajar el costo de la canasta básica.
Los indicadores reflejan bajas significativas en diversos renglones de la economía como la construcción, las ventas en la Zona Libre de Colón, las exportaciones y las operaciones del Canal de Panamá.
Ya al menos se decretaron baja de los aranceles en varios productos alimenticios, pero se debe ejercer la vigilancia adecuada, para que ese sacrificio que hace el fisco se traslade a los consumidores y no se quede en la cadena de los importadores e intermediarios.
En cuanto a la seguridad, los índices de homicidios siguen por las nubes. En apenas 11 días, ya se han registrado al menos 20 asesinatos. Los ajustes salariales a los miembros de la Policía Nacional, deben ir acompañados de un mejor rendimiento y efectividad de la Fuerza Pública.
Hay abordar rápido las tareas pendientes, porque el show mediático puede funcionar por un rato, pero al cabo de unos meses la gente estará reclamando acciones concretas.