El 11 de marzo de 2003, Julissa Ortega, una joven de 19 años de edad, aceptó haber secuestrado el 8 de febrero de ese año a la niña Mónica Milagros Serrano García, en el sector de Loma Bonita, Arraiján, en compañía de un parapléjico que identificó como Jorge Jaén, quien planificó el hecho.
Desde entonces, Julissa, quien actualmente presenta un embarazo de 8 meses, ha ofrecido múltiples versiones sobre el hecho.
Ella fue condenada a seis años de prisión y su nivel psicológico estudiado durante el proceso, la califican como una mujer disocial y vengativa. Sus declaraciones nunca permitieron dar con el paradero de la niña Mónica Serrano García.
Seis años después del secuestro reiteró ante un medio televisivo haber estado amenazada, lo que justificó para mentir y señaló como autores del secuestro a Castor Serrano, padre de la menor y a una de las condenadas.
Castor Serrano negó a Crítica ser partícipe de este hecho, además destacó que la investigación lo excluyó del secuestro de su propia hija, y siente que es una nueva mentira de Julissa Ortega.
A pesar de las versiones contradictorias brindadas por Ortega, de las cuáles sólo aceptó ser la autora material del secuestro, nadie sabe dónde está Mónica Milagros Serrano García, mientras la lucha incesante de su madre Mónica García y su padre, Castor continúan, a pesar del revés sufrido con la aparición de otra niña panameña en Ecuador.