"Soy Saddam Hussein, el presidente de Irak". Así, el dictador árabe detenido por los Estados Unidos, se dirigió a un tribunal iraquí que los juzgará por sus brutales crímenes.
Desde ayer temprano, las agencias internacionales de prensa dieron un gran despliegue a este juicio.
Saddam aprovechó el escenario para calificar el juicio como "teatro", donde él y once miembros de su gobierno escucharon los cargos formales en su contra.
De igual manera, Hussein acusó al presidente estadounidense, George W. Bush, de ser el "verdadero criminal".
La comparecencia se celebró en uno de los palacios del ex dictador en Bagdad, en la "zona verde".
Hussein entró a la sala custodiado por dos guardias. El ex mandatario llevaba una chaqueta gris, la barba arreglada y lucía más delgado y parecía desorientado.