Sólamente en los países donde rige la ley islámica es permitido tener más de una esposa. Eso hablando en términos de lo legal y lo ilegal. Incluso en esos países donde se puede ver hombres con 3 y 4 esposas, él debe asumir las responsabilidades debidas ante todas ellas.
�Cuál es el problema de los "jeques" y "marahás" panameños? Que son hombres que quieren todos los derechos y rechazan todas las responsabilidades. Quieren una esposa, y tres queridas. Pero cuando una de esas queridas queda barrigona, salen huyendo. En ese momento, el ser un jeque no les parece tan divertido.
Al hombre se le enseña a ser macho desde el primer añito. Todos aplauden cuando se agarra el miembro y se la enseña a otra niña. �Ese es mi hijo!, grita el papá y la mamá dirá: "No se metan con mi pelao..."
Lo cierto es que miles de niños van creciendo así. En su adolescencia comienzan a experimentar las relaciones de noviazgos que son muy lindas, pero se transforman en un caos cuando estos hombrecitos comienzan a jugar a tener y tener más chicas en el colegio y en la universidad. Parece que el premio es tener la mayor cantidad de hembras para satisfacer sus necesidades sexuales.
Los hombres de la actualidad, estando casados, sienten ese deseo que les vino desde chicos. Ellos quieren tener a su esposa (la de la casa) y cuatro mujeres por ahí.
De quincena en quincena se las arreglan para estar sexualmente con una y con otra. Le dan un par de reales para apoyarlas y tener chance para llevarlas a la cama con derecho.
�Cómo hacen eso? En Panamá, todos saben que la cultura del juega vivo cuenta con varios libritos que estas personas pueden aplicar.
Ellos saben que valiéndose de la mentira pueden hacer ver a estas chicas que no están casados y que ni siquiera tienen hijos. Las mujeres, por su parte, aceptan tal relación fundada en la metira o en la sinverg�enzura de ambos y le dan plomo hasta que pasa lo inesperado: uno de los dos muere.
Eso de ser un jeque no funciona aquí en Panamá. Y menos de la forma que muchos quieren salirse con la suya, mediante el engaño.
