Del viejo, el consejo
Carlos Rey
Colaborador
"Recuerde en todo momento que el dinero que usted guarda no es suyo. Lo �nico que importa es salvar el pellejo. Si se le ocurre hacerse el h�roe, ya sabe lo que le espera." Quien as� hablaba era Jos� Shapiro, dando clases en un Instituto de Formaci�n de Empleados Bancarios. Shapiro sab�a lo que estaba diciendo. Era un veterano asaltante de bancos, y hab�a estado en la c�rcel varias veces. Ahora, rehabilitado y regenerado, dedicaba su tiempo a asesorar a empleados bancarios c�mo proceder en caso de un asalto. "El cajero debe incluso sonre�rle al ladr�n -recomendaba Shapiro-, porque as� puede pescar alg�n detalle especial, tal como un diente de oro, que sirva para identificar al maleante, si �ste sonr�e tambi�n." Entre los muchos oficios pintorescos del mundo moderno tenemos el de Jos� Shapiro. Con una larga trayectoria como asaltante, entr� por fin en el camino del bien, y como conoc�a todos los trucos y artima�as del asaltante, les ense�� a los empleados bancarios c�mo reaccionar en el momento cr�tico de enfrentarse al ca��n de una pistola. Hay un refr�n que dice: "Del viejo, el consejo", porque el pueblo sabe que los a�os acumulan, junto con las canas, mucha experiencia. Y como "la experiencia es la mejor maestra", seg�n otro conocido refr�n, m�s vale que aprendamos de ella todo el mal que no debe hacerse, y el bien que puede hacerse y no se hace. �Qu� pasar�a si cada uno, al llegar a los cincuenta a�os, comenzara a ense�ar a los m�s j�venes todo lo que no se debe hacer? Quiz� las nuevas generaciones, si estuvieran en disposici�n de aprender, ir�an perfeccionando su vida moral. Tal vez el mayor deber de los padres sea advertirles a sus hijos acerca de las cosas que no deben hacerse porque acarrean fracaso, amargura y dolor. "Un padre que da consejos, m�s que padre, es un amigo", dice el famoso poema Mart�n Fierro, del argentino Jos� Hern�ndez. Los j�venes necesitan escuchar a los mayores para as� recibir el beneficio de la experiencia que �stos tienen que ofrecerles. Pero "la experiencia -dijo alguien- no consiste en las cosas que se han visto, sino en aquellas en las que se ha meditado." Porque vivir sin reflexionar sobre el orden moral de la vida, es poco m�s que existir. �Por qu� no reflexionamos sobre los siguientes proverbios afines del sabio Salom�n? "Hijo m�o, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la ense�anza de tu madre.... Cuando camines, te servir�n de gu�a; cuando duermas, vigilar�n tu sue�o;cuando despiertes, hablar�n contigo.1Hijo m�o, atiende a mis consejos;escucha atentamente lo que digo.No pierdas de vista mis palabras;gu�rdalas muy dentro de tu coraz�n. Ellas dan vida aquienes las hallan; son la salud del cuerpo. Por sobre todas las cosas cuida tu coraz�n, porque de �l mana la vida.2
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