Este es Roberto Calvi, quien en 1982 era gerente del Banco Ambrossiano, el segundo mayor banco de Italia, y cuyo principal accionista era el Banco del Vaticano. Ese mismo año, el Banco Ambrossiano se fue a la bancarrota, no sin antes haber sacado del país millones de liras ilegalmente. Calvi fue encarcelado y liberado bajo fianza. El 19 de junio de 1982, Calvi apareció muerto, colgando bajo un puente en Londres. Teorías de la conspiración han repartido la culpa entre la mafia, logias masónicas italianas y el mismísmo Vaticano.