Domingo 14 de junio de 1998

 








 

 

FAMILIA
El síndrome de abstinencia agudo

Doris Amaya,
L.M.H.C., C.A.P.

El síndrome de abstinencia agudo es aquél que el adicto experimenta al dejar de usar la droga. Es el período de mayor malestar físico del adicto, que dura de 3 a 10 días como máximo, dependiendo de la droga involucrada.

Durante este tiempo, el individuo puede presentar náuseas, sudores, temblores, dolores intestinales y musculares, hasta alucinaciones y delirium tremens cuando se trata del alcohol.

Como mencionamos arriba, los barbitúricos, el alcohol y la heroína son las drogas más peligrosas, en este orden, de dejar de usar por el síndrome de abstinencia que se produce. Pero el peligro del síndrome de abstinencia agudo depende también de otros factores que no tienen nada que ver con la naturaleza de la droga en sí. Por ejemplo, quien tiene problemas de salud de otra índole (por ej. : hipertensión), puede desarrollar complicaciones a raíz de un síndrome de abstinencia relativamente ligero y morirse, etc. En estos casos, tanto las drogas estimulantes como tranquilizantes, ofrecen gran peligro y requieren vigilancia médica.

EL SINDROME DE ABSTINENCIA RETARDADO

El retiro de la droga del cuerpo no es la única preocupación. Lo que sigue molestando son los efectos sobre el sistema nervioso central y los efectos sobre todo el cuerpo, donde la droga ha dejado sus huellas destructivas. El síndrome de abstinencia retardado, normalmente se siente durante un período de uno a dos años en los adictos.

Durante este tiempo, el drogadicto puede volver a sentir el retorno de fuertes deseos por la droga, o manifestar los mismos patrones de ansiedad e irritación que padeció cuando estaba en la etapa de "retirada aguda", o bien, cuando aún estaba activamente consumiendo la droga. Los Alcohólicos Anónimos llaman a este fenómeno borrachera seca, que aparece por igual en otros tipos de adicto con cierta regularidad, en especial durante el primer año de la recuperación.

Estos síntomas pueden surgir como resultado de mucha tensión en la vida diaria durante una época prolongada; o de un trauma inesperado; del agotamiento, por exceso de trabajo y poco descanso, o de mala nutrición... todos estos estados afectan el sistema nervioso central y el sistema de neurotransmisores. De igual forma, cualquier actividad que el adicto realizaba a la vez que consumía su droga (como un reflejo condicionado), le va a crear una asociación de ideas que puede abrirle otra vez el apetito por la droga.

Recuerde que estamos hablando de un apetito instintivo, que opera a nivel animal. Sabemos por los experimentos con animales, que uno puede abrirles el apetito solamente al sonar una campana, sonido que en el pasado había siempre anunciado la entrega de comida. El reflejo condicionado se establece, de manera que el animal produce saliva (anticipando la comida) al solo sonido de la campana, sin darle el alimento.

Lo mismo sucede con el apetito del drogadicto-alcohólico. El olor a alcohol; una música ranchera, que acompañaba la bebida, el sonido de romper una lata, como las que usaban para fumar "crack"; una película con escenas de drogas, incentivan el deseo por la droga.

 



Ancianos se benefician con Programa de Hogares Sustitutos

Aproximadamente 72 ancianos de diferentes corregimientos del distrito Capital, se benefician con el Programa Hogares Sustitutos" que ejecuta la Dirección de Desarrollo Social de la Alcaldía de Panamá.

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