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 Sábado 10 de junio de 2000


F�tbol y faldas

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Jovanka Guardia
Cr�tica en L�nea

Camiseta roja con escote bien pronunciado, un pantal�n corto, o tal vez largo pero, eso s�, ce�ido al cuerpo, maquillaje tenue, u�as bien arregladas y la mejor de las sonrisas.... No, no nos estamos preparando para ir a discotequear: lleg� la hora del f�tbol.

Lo que parec�a imposible pas� y con ello nuestro pa�s se alist� a la siguiente fase en el ancho camino hacia el mundial de f�tbol, un 4 x 0 contra Nicaragua y all� est�bamos las mujeres paname�as.

En los �ltimos a�os la participaci�n femenina en las actividades deportivas se ha ido incrementando, quiz�s porque el potencial paname�o ha sido reforzado y nuestro pa�s demuestra calidad y capacidad, lo que deslumbra a las mujeres.

Mientras miles de hombres de distintas partes de la rep�blica preparaban la noche anterior al partido sus neveras, para colmarlas de la cerveza de su preferencia, nosotras pens�bamos en qu� atuendo lucir�a mejor bajo el radiante sol que acompa�� al onceno nacional.

Y aclaro: no es que las mujeres ignoren sobre t�cnicas futbol�sticas, todo lo contrario, podemos dominar el tema tanto o m�s que cualquier hombre; sin embargo, la naturaleza femenina nos obliga a priorizar aspectos que pueden resultar superficiales a quienes no admiren la vanidad femenina.

Ese domingo me llamaba la atenci�n observar a miles de mujeres darse cita en el coliseo, la cantidad llegaba a compararse f�cilmente con la asistencia de los hombres.

Y es que en el deporte como en otras actividades, se ha llegado a generalizar la errada visi�n de que las f�minas no tienen cabida, salvo aquellas que lo ejecuten, Eileen Coparropa, Jenny Schuverer, Jessica Jim�nez, Steffy Graft, o alguna otra atleta.

La efervescencia que se vivi� en ese partido se reflejaba sin distingo de sexo en los rostros de las asistentes.

Para las mujeres el ardiente sol representaba su salvoconducto a un bronceado, que en estos tiempos de lluvia parecer�a s�lo un milagro, mientras para los hombres era la excusa para libar sin parar.

Las ansias por el inicio de un dif�cil partido y el donaire femenino venc�an las largas horas de espera.

Sin embargo, el astro rey hac�a de las suyas en los polvos de cara, coloretes y l�piz labial. Al inicio del combate val�a m�s haberse hidratado lo suficiente, la noche antes, de lo contrario las arrugas empezar�an a asomarse, aun en las pieles m�s j�venes con las que el destino es ben�volo y las perturba s�lo pasados los 40.

De una u otra forma, esa fue toda una fiesta y con o sin vanidad las mujeres dijeron presente y convirtieron aquello en un evento social, lo que antes hubiera sido, ni m�s ni menos, solo un partido de f�tbol.

 

 

 

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De una u otra forma, esa fue toda una fiesta y con o sin vanidad las mujeres dijeron presente y convirtieron aquello en un evento social, lo que antes hubiera sido, ni m�s ni menos, solo un partido de f�tbol.

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