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EDITORIAL
Justicia para los jubilados y pensionados
Una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llegó ayer a Panamá, y la ocasión fue propicia para que un grupo de jubilados y pensionados, les exteriorizara los problemas que están confrontando a nivel nacional.
Mientras que a los jubilados y pensionados se les regatea un aumento de cuarenta balboas, y el gobierno sólo quiere otorgar diez balboas, estos ciudadanos que le han dado lo mejor de sus vidas a la sociedad, reclaman con justo derecho el aumento de sus emolumentos, ya que hay precedentes en el país del alza del salario que se han dado en diferentes instancias gubernamentales.
Nadie se explica, por ejemplo, el pago de dos mil balboas que tienen los legisladores suplentes. Asimismo los elevados sueldos que devengan los parlamentarios, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los de la CLICAC, entre otros, mientras gran parte del pueblo está rumiando sus miserias y frustraciones. Aparte de ello, la duplicidad de funciones que tiene un supuesto "zar antidrogas" y del defensor del pueblo, cuando existen organismos en el gobierno que combaten el tráfico y consumo de estupefacientes; además de un "defensor", cuando hay tantos tribunales para impartir una justicia expedita y transparente.
La austeridad aquí en Panamá es un mito y prueba fehaciente son los que cobran estos funcionarios cuya labor es nula y se concluye con ese criterio por la poca efectividad que han demostrado.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos tendrá que evaluar estas situaciones y calibrar al gobierno panameño saturado de escándalos como la deportación de un ciudadano
chino-panameño que posiblemente termine en el cadalso porque en la República Popular China existe la pena de muerte. Esa misma actitud se debió tomar con los exiliados cubanos involucrados en el presunto asesinato del presidente de Cuba, doctor Fidel Castro, pero lo que se hizo con uno no se hizo con el otro y nadie está procesado penalmente, de haber autorizado la extradición de un ciudadano de madre panameña.
Mientras que la jefa del Ejecutivo se le cuestiona por su afán de "cortar cintas" en ceremonias de inauguración, en el país crece el descontento popular y campea la corrupción. A todo esto, los periodistas que denuncian estos hechos son demandados y encarcelados, y el señor procurador se da el lujo de insultar a los comunicadores porque él intuye que su cargo será eterno. Por ello el Sindicato y Colegio Nacional de Periodistas han emitido su airada protesta.
Volvemos a reiterar que el gobierno está jugando con candela y cada protesta es un detonante que lo puede hacer colapsar. Todavía faltan tres años para que el peso de este régimen nos deje de agobiar, pero tenemos esperanzas que vendrá una fuerza política nueva que haga brillar el sol de las reivindicaciones populares.
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PUNTO CRITICO |
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