¿No te das cuenta de que si no amas eres como un cadáver ambulante que camina, pero sin sentir lo que es vivir? No puedes plenamente existir si no palpitas con la presencia de personas que aman, sufren, esperan, sonríen, lloran y esperan de ti porque saben que tú tienes algo grande que darles y es tu amor. No puedes estar indiferente al drama de soledad, de necesidades profundas, de vacíos de otros que esperan tanto de ti. Pero claro, si tú estás muerto, cómo vas a darte cuenta de lo que otros sienten. "El que no ama permanece en la muerte" dice l Jn 3, 14. ¿Pero, por qué estás así?
Estás así por tus miedos. Tienes miedo al rechazo, ya que si amas y te entregas y no recibes una respuesta positiva te frustras. O lo que es peor, tienes miedo de que te respondan con traiciones u otras malas acciones.
Ese miedo, al igual que otros, paraliza, pero hay que asumir el riesgo y amar, y aunque no recibas nada en cambio, la satisfacción de haberte dado es tan gratificante, y lo mejor, tu nombre queda escrito en el Libro de la Vida.
Nunca te arrepientas de haber amado, porque Dios es amor y el que ama está en El. San Bernardo dice que: "El amor basta por sí solo, satisface por sí solo y por causa de sí. Su mérito y su premio se identifican con él mismo. El amor no requiere de otro motivo fuera de él mismo, ni tampoco ningún provecho; su fruto consiste en su misma práctica. Amo porque amo, amo para amar".
No tengas miedo de amar, ya que si amas como Dios nos ama, nunca te equivocarás. "Este breve mandato se te ha dado de una vez para siempre: Ama y haz lo que quieras; si te callas, calla por amor; si hablas, habla por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor; ten la raíz del amor en el fondo de tu corazón: de esta raíz solamente puede salir lo que es bueno" nos manda San Agustín.
Santo Tomás dice que "el amor produce en el ser humano la perfecta alegría. En efecto, solo disfruta de veras el que vive en el amor". Recuerda lo que nos manda Jesús en Mt 22, 37: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y al prójimo como a ti mismo". Haz esto y serás feliz e invencible. Amén.