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 Lunes 5 de junio de 2000


A PONERSE EL CASCO
Muerte en el trabajo

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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Naciones Unidas califican a la industria de la construcción como actividad de sumo riesgo. Vista del edifico Verde Mar, donde murieron 13 panameños.

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Ginela C. Escala M.
Crítica en Línea

Un llanto desgarrador, hijos huérfanos que pierden el sustento que lleva su padre. Ese es el saldo que dejan los accidentes de trabajo, que en el caso de la construcción, casi siempre son mortales.

Cuarenta y siete hombres salieron un día con el deseo de cumplir una jornada laboral en lo alto de los edificios que se construyen en Panamá. Todos perdieron la vida. Esa es la alarmante cifra de personas fallecidas desde 1998 a la fecha, por accidentes en sus centros de trabajo.

La peor tragedia se registró el 28 de abril de 1998, cuando usted apenas se desperezaba en sus sábanas, a las 6:45 de la mañana, 13 obreros murieron al desprenderse un montacargas desde el piso 25 del edificio Verde Mar, que se construía en Punta Paitilla.

Allí Panamá perdió la vida Rubén Darío Solís, Florencio Vargas, Edgar Toribio, Aníbal Saavedra, Gilboa Rosell, Cecilio González, Aquilino Hernández, Demetrio Pineda, Abdiel Sáenz, Secundino Urriola, Pablo Aparicio, Luis César Sánchez y Luis Zamora. Hoy pocos se recuerdan esos nombres, sólo sus familiares los lloran en silencio.

El último obrero que falleció en un accidente en su área de trabajo fue Alfredo Sáenz. Mientras repellaba la pared de un edificio en los terrenos de la antigua cárcel Modelo, se cayó de un sexto piso, sufriendo severas fracturas en el cráneo, y 11 días después de luchar en la sala de un hospital, perdió lo más deseado del ser humano: la vida.

Sáenz es el cuarto trabajador de la construcción que fallece este año un accidente laboral, ¿cuántos más se sumarán a la lista?

Las estadísticas del Seguro Social revelan que la construcción presenta el índice más alto de mortalidad y gravedad en lesiones a causa de accidentes de trabajo.

En 1997, hubo 12,596 accidentes en áreas de trabajo de la construcción y otras industrias, lo representó un desembolso de B/.13 millones del Programa de Riesgos Profesionales de la Caja del Seguro Social. La situación empeoró en 1998, cuando los gastos se elevaron a B/.31.2 millones y el año pasado la suma fue de B/.32.8 millones.

La Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC), el Sindicato Unico de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS) y el Ministerio de Trabajo, organismos que tienen que ver directamente con la seguridad del obrero, tienen sus posiciones con respecto a las muertes por accidentes.

Todas las partes plantean alternativas o recomendaciones para evitarlos. Sin caer en confrontaciones entre la posición, cada uno hace su análisis, como recordando el refrán: "todo es según el cristal con que se mira".

EDUCACION SOBRE SEGURIDAD

Eduardo Rodríguez, director general de la CAPAC, manifiesta que no hay que buscar culpables cuando un obrero muere. La falla radica en la educación. El número de accidentes y los decesos por esta causa disminuirán, mientras más se capacita sobre seguridad a las clases empresarial y trabajadora, sostiene.

CAPAC tiene un Departamento de Seguridad, que efectúa charlas, seminarios y visitas a las obras de sus agremiados.

Rodríguez hace algunas sugerencias sobre el tema:

  1. El empresario tiene que ver la parte formativa- educativa como una inversión y no un gasto. De nada vale equiparlos, si el trabajador no toma conciencia de la importancia que tienen las herramientas para la preservación de su vida.
  2. Existen demasiadas normas distribuidas en varias oficinas públicas. Hay que unificarlas en una sola instancia.
  3. La CAPAC califica las inspecciones del Ministerio de Trabajo como someras y un ente coercitivo. Hay que mejorarlas e igual se deben hacer mayores esfuerzos en la capacitación.

DEFICIENCIAS DE INSPECCION

Las deficiencias que le adjudican a la labor de la Dirección de Inspección de Seguridad Ocupacional y Medio Ambiente de Trabajo, recaen en la falta de presupuesto, señala Arturo Thomas, subdirector de ese departamento.

Sin embargo, pese a las limitaciones Thomas dice que ellos siguen su labor. De 11 empleados que poseía la administración anterior, hoy sólo hay siete para las funciones de inspecciones de rutina, y reinspecciones a las construcciones en el área metropolitana.

El recuento estadístico de las supervisiones revela que desde septiembre de 1999 hasta abril se han efectuado 589 inspecciones.

El subdirector nacional de Inspección de Trabajo manifestó que esta Dirección no sólo se dedica a vigilar que se cumplan las normas de seguridad en los proyectos habitacionales, sino que incluye las industrias y manufactureras, al igual que otros aspectos legales laborales.

"Hacemos lo humanamente posible para llevar a cabo nuestra función y principalmente asegurar la vida de los que trabajan en las edificaciones, Exigimos al dueño que dote a su personal de cascos, guantes y otros implementos", reiteró.

"En esta vigilancia deben ayudarnos los representantes de la CAPAC y del SUNTRACS, denunciando las anomalías. "No queremos paralizar obras ni ser sancionadores, queremos garantizar un buen ambiente laboral", añadió.

SUNTRACS sugiere aplicación de sanciones más fuertes

Para Demetrio Aguirre, quien ha sido secretario de Salud Ocupacional del SUNTRACS desde 1998, esta pelea de buscar solución al problema de la seguridad ha sido eterna y de nunca acabar.

Para el dirigente del sindicato que aglutina a los "Juan Albañil" de Panamá, las constructoras no proporcionan el equipo de seguridad a sus subalternos, y cada vez que un representante obrero denuncia estas irregularidades, los empresarios utilizan tácticas para desplazarlos a otro proyecto.

Ellos sugieren que al referido departamento de Inspecciones se le debe otorgar un presupuesto adecuado, porque sino las críticas contra ellos [inspectores] seguirán.

Sobre la sugerencia hecha por la CAPAC en cuanto a la formación educativa, alega que el SUNTRACS siguen capacitando a su membresía en detalles que para algunos parecen insignificantes, tal "cómo usar el casco de protección".

"El SUNTRACS no quiere seguir poniendo más muertos ni accidentados, por eso hay que buscar soluciones a este problema y afianzar en la prevención de las causas de riesgos", puntualizó el secretario de Salud Ocupacional.

 

 

 

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De acuerdo a las estadísticas del SUNTRACS, en 1998 hubo 33 muertos, en el siguiente año 10 y en lo que va del 2000 cuatro trabajadores de la construcción han fallecido en el cumplimiento de sus labores.

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