El presidente de EE.UU., George W. Bush, se declaró ayer "preocupado" por las denuncias de que un grupo de infantes de Marina estadounidenses mataron a una veintena de civiles desarmados en la localidad iraquí de Hadiza el pasado noviembre.
En unas declaraciones a la prensa tras su reunión con el presidente de Ruanda, Paul Kagame, Bush afirmó que "si hubo algún tipo de violación de las leyes, los culpables serán castigados".
El general Peter Pace, jefe de Estado Mayor de Estados Unidos, afirmó en una entrevista con la cadena CNN, que Washington sólo supo del incidente el 10 de febrero, casi tres meses después de que ocurriera.