Las bandas organizadas han logrado penetrar a las agencias de seguridad de custodia de valores, que están a cargo de los camiones blindados.
Ya entre las filas de los agentes de seguridad no hay confianza entre unos y otros, al pensar que van a ser objeto de un robo por parte de sus propios compañeros, además, también existe el temor de que pueden perder la vida.
Más de 6.5 millones de dólares han sido robados por expertos criminales en los últimos tres años y las cifras de dineros recuperados no alcanza el 10%, estima la Cámara Panamá de Agencias de Seguridad.
Según las autoridades de la Fiscalía Auxiliar, la cifra del dinero recuperado no supera los 100 mil dólares.
Los asaltantes han perfeccionado su estrategia, anexando a sus redes de delincuencia a miembros de las más reconocidas empresas de carros blindados en el país. Estudian las rutas y conocen la vulnerabilidad que tienen los agentes de seguridad que manejan millones de dólares a diario de entidades bancarias y de comercios locales.
Uno de los principales factores con el que se ha podido penetrar a las agencias de seguridad, es la fragilidad con que estos escoltas de valores se transportan con grandes valijas por las distintas avenidas.
Esto incluye falta de equipos tecnológicos de seguridad en los autos blindados, la custodia de sumas millonarias de dinero con armas calibre 38 y escopetas 12, debido a que así lo establece la ley para las agencias de seguridad, y la participación de menos personal del convenido para custodiar los camiones.
La Fiscalía Auxiliar encargada de investigar esos robos ha podido establecer la participación de los propios empleados de la compañía que brindan ese servicio de custodia de valores en esos ilícitos.
Han participado miembros de la tripulación, conductores y escoltas, como en el último robo realizado al blindado de la empresa G4S en el sector de Villa Cáceres en Betania, donde el asalto supera $1.5 millones que no han sido recuperados y los tres miembros del camión se encuentran detenidos bajo investigación.
El fiscal Auxiliar, Luis Martínez, reconoce la falta de cumplimiento con las reglas de seguridad adecuadas para transportar valores.
También se ha destacado los bajos salarios de los empleados que cargan diariamente millones de dólares y la falta de adiestramiento de éstos.
Martínez señaló que muchas aseguradoras esperan los resultados de los procesos en los tribunales, para cubrir el monto de lo robado.
Según el agente de instrucción, en los últimos robos perpetrados entre el 2008 y 2009, no hay casi vinculados con antecedentes penales.
Al remontarse al año 2006, solamente la empresa Brinks tuvo tres asaltos en distintas áreas del país, con saldos fatales.
Los robos ascendieron a $339 mil perpetrados al camión de la Brinks que en mayo de 2006 transportaría el dinero de El Machetazo del sector Este de la capital, donde los asaltantes hicieron disparos a los guardias de seguridad logrando robarse $250 mil; a finales del mismo mes hombres armados con ametralladoras UZI irrumpieron en el supermercado Extra de Ojo de Agua en San Miguelito donde sustrajeron $70 mil y resultaron muertos dos agentes de la empresa que custodiaban el blindado.
En noviembre del 2006, el camión de la empresa Brinks que estaba ubicado en el Aeropuerto de Chitré sufrió el asalto de $2 millones, dinero que fue recuperado, pero el hecho dejó a tres civiles heridos y el fallecimiento de un escolta de valores.
Para el 2007, los niveles de asalto a blindados disminuyeron en la capital, pero el agente de seguridad de la empresa G4S, José Elías Trejos, resultó muerto durante el robo a la caseta de peaje del Corredor Sur, en el sector de Ciudad Radial, en Juan Díaz.
Ya en el 2008 se frustró el robo al camión blindado de la empresa Brinks que transportaba B
2 millones, donde fue capturado el antisocial "Edwin Mole" en el sector de Campo Lindbergh, Juan Díaz. En este hecho se simuló la utilización de un lanzagranadas o RPG falso y se logró frustrar el asalto. Los ladrones lanzaron las bolsas de dinero en la avenida.
Y para este mismo año, la empresa G4S fue víctima de sus propios empleados, que dentro de sus instalaciones se llevaron la suma de B/1 millón.
Este año se registró el fallecimiento del agente de seguridad Samuel Monroy y del director del Instituto Nacional de Cultura, Anel Omar Rodríguez, en el intento de asalto al carro blindado que se encontraba en los predios de la Lotería Nacional de Beneficencia en Avenida Perú. Aún hay tres prófugos de ambos crímenes.