En Panamá, donde la memoria del pueblo es corta e ingrata, resulta hermoso ver cómo los fanáticos de la música típica, la campesina, la que huele a fogón, siguen devotos de los tradicionales talentos del acordeón.
Han venido nuevas modalidades del pindín, con giros impresionantes y la utilización de instrumentos inusitados. Hay voces y músicos de cuño reciente, algunos con fuertes antecedentes "tipiqueros", y otros que son novatos sin antecedentes, pero con una recia urdimbre.
Sin embargo, el bailador panameño -que como decíamos viene de un pueblo impresionable y de fácil olvido- no ha abandonado a sus valores tradicionales. Todavía están en cartelera esos cantantes que revolucionaron los toldos en las décadas de los sesenta, los setenta y mitad de los ochenta. Siguen vigentes artistas como Dorindo Cárdenas, Ulpiano Vergara, Alfredo Escudero y Osvaldo Ayala. Comparten escenarios como retoños de la calidad de Sammy y Sandra, Manuel de Jesús, Cristian Nieto y Herminio Rojas.
Por supuesto no son todos los nombres. La lista es interminable, para beneficio de los bailadores y seguidores de la música de acordeón.
En la edición de hoy, nos complace traer a dos de los más grandes, Alfredo Escudero y Dorindo Cárdenas, quienes tienen más de tres décadas de estar en las tarimas deleitando a los amantes de la música. Es un orgullo contar con ellos en estas páginas.
De la mano de estos ídolos tradicionales, nos llegan los muchachos nuevos, de quienes mostramos varias facetas. Tal es el caso de Cristian Nieto y Víctor Bernal, quienes son muestra fehaciente de que el pindín tiene para rato en esta nación de bailadores. |