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El cuerpo sin vida de Daniel Enrique Arthur Blanquicet, de 20 años, estudiante del V año de Soldadura del Instituto Profesional y Técnico de Colón, fue encontrado en un callejón con un impacto de bala en la región parietal con salida en la parte frontal de la cabeza. En su mano izquierda, que estaba cerrada, tenía dos balboas que apretaba fuertemente por lo que se presume que el móvil fue un robo, y que luchó contra su atacante para impedir que lo sometieran.
El hecho violento se registró en la calle 12 Avenida Herrera. Según versiones de algunos vecinos, Daniel fue asesinado entre las 2:00 a 3:00 de la madrugada, ya que antes del homicidio se le vio en el Bar La Suerte, ubicado a sólo una cuadra, en la calle 11, entre Justo Arosemena y Amador Guerrero, en compañía de un amigo.
En las investigaciones se conoció que la persona que acompañaba al occiso desde las 10:30 de la noche hasta casi la 1:00 de la madrugada, vestía parecido. Arthur tenía un suéter y gorra celeste marca Nike, pantalón jeans azul hasta las rodillas.
Los funcionarios encontraron dos moldes de dientes de oro, un dinero en sencillo y las llaves de su casa. Tenía puestas zapatillas blancas, además de su reloj.
Testigos que también estaban en el Bar La Suerte dijeron que era la primera vez que lo veían en ese lugar de diversión, ya que todos los que acuden son conocidos por lo que llamó la atención. Allí Daniel compró tres cervezas para él y una para otra joven.
El cuerpo del desafortunado estaba encogido en un callejón donde se bota la basura, al lado del Museo de Colón, y de los edificios 11,147 y 11,168 aquí se encuentra un local que vende frituras, Fonda las Tres Hermanas.
El difunto de tan sólo 20 años que cumplió el pasado 16 de enero, residía en la calle 8 Amador Guerrero, a unas cuatro calles del homicidio, en el apartamento A4, del Edificio conocido como el 15 pisos, con su madre Nilka Rosa Blanquicet, funcionaria de la Administración de la Zona Libre de Colón.
Los vecinos de Daniel Enrique lo definieron como un joven tranquilo de muy poco hablar, no pertenecía a bandas rivales y sus salidas no eran tan frecuentes, ya que siempre acompañaba a su mamá. Santiago Blanquicet, ex corregidor del Barrio Norte, abuelo del occiso, pidió a quienes tengan información del cruel asesinato, ayudar a las autoridades: "queremos saber quién lo asesinó; era mi nieto más grande y, puedo jurarlo, nunca andaba en malos pasos; no era delincuente".
Estos crímenes violentos preocupan a la comunidad, en los últimos fines de semana del mes de abril y mayo se han incrementado los tiroteos, este viernes y sábado se reportaron en el Cuarto de Urgencias 6 heridos con armas de fuego.
Luis Antonio Carter Romero de 36 años recibió impactos de bala en su estomago, espalda, y Aldo Reyna de 20 años en su brazo izquierdo, cuando según su madre compraba una bebida en una tienda del lugar, en el sector de la calle 12 y 13 Avenida Herrera, mientras que Emanuel Sili de 33 años y Leonel Richard de 19 años recibieron los disparos en el sector de la calle 13 Justo Arosemena y Herrera.
Daniel Enrique Arthur Blanquicet, de 20 años, estuvo bebiendo cerveza en el bar La Suerte con un amigo y una chica. Todos se sorprendieron de verlo ahí, porque no era parroquiano asiduo. Es más, casi no tenía amigos en los grupos callejeros ni se le veía en la avenida de noche.
Era estudiante del quinto año de soldadura en el Instituto Profesional y Técnico de Colón. Siempre estaba muy unido a su madre, según los testimonios obtenidos. Todas las fuentes consultadas coincidieron en un punto importante: Daniel no tenía enemigos, ni se sabe de ningún saldo pendiente con nadie.
No se sabe hacia dónde se dirigía cuando salió del bar. Se cree que estaba huyendo de alguien, pues fue a parar a un callejón donde se deposita la basura en el sector, poco frecuentado por muchachos como él.
El amigo con quien andaba vestía igual que él (gorra, camisa y pantalón celestes, al estilo jeans). Ambos salieron del bar a la una de la madrugada. Algún tiempo después una bala, que le entró por detrás de la cabeza y salió por la parte frontal, acabó con la vida de este muchacho. En la mano izquierda tenía fuertemente apretados dos billetes de a dólar. |