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Al final de bimestre se reflejan los resultados de un año escolar pésimo e improductivo. Este es el cuadro clásico que viven los padres de familia de aquellos niños que no se acostumbran a hacer sus tareas a tiempo.
Durante toda una semana se la pasan de vagos, viendo TV o jugando. Hacen de todo menos en cumplir con las obligaciones escolares. Así es el panameño de hoy en día en ese nivel, pero también en el campo laboral.
Existen empresas, ya sean públicas o privadas, en las que se trabaja con proyectos o metas. A la hora de pedir los resultados de las investigaciones o tareas específicas, como por ejemplo de estudios de mercadeo, el responsable de entregar el informe al jefe siempre tiene un cuento: �Jefe, mi hijo se enfermó y tuve que salir de urgencia todos los días al hospital�; ��Chuzo..!, Eso era para hoy. Perdone jefe, pero su secretaria me dijo que era para el otro... lunes, disculpe.�
Este espacio es tan pequeño para enumerar la cantidad de excusas que da la gente cuando no cumplen sus obligaciones, pero el propósito no es dar más tips para enseñar cómo mentir al jefe cuando no se hace la tarea.
Si es usted de los que cada semana siempre tiene un cuento, ojo que el �bos� va colocando en cada reunión un ganchito en su libreta y lleva el control de los que no van cumpliendo y de los que sí.
Si yo fuera ustedes, me pongo rápido a sacar todo el trabajo viejo que tengo atrasado. Quizás el jefe note a partir de hoy que estoy en proceso de ser alguien mejor. |
