El 1 de mayo de 1960, en la plenitud de la Guerra Fría, un avión espía estadounidense U-2 en vuelo sobre espacio aéreo de la Unión Soviética fue derribado. Inicialmente el gobierno de Dwight Eisenhower negó que el avión estuviese en una misión de espionaje, pero luego tuvo que reconocerlo cuando los soviéticos transmitieron videos de los restos de la nave y del piloto prisionero, Francis Gary Powers.
El incidente del U-2 se produjo dos semanas antes de una proyectada cumbre en París, por lo que resultó un gran bochorno para Estados Unidos.