Miércoles 28 de abril de 1999

 








 

 


MENSAJE
Fresca y nueva esperanza

Hermano Pablo,
Costa Mesa, California

El futuro del mundo en el año 2000 no será tan lóbrego como se ha predicho, y las corrientes globales están mejorando más que deteriorándose. Esta notable afirmación la hizo con voz clara y firme Herman Kahn, del "Instituto Hudson" de Nueva York durante una conferencia de prensa.

El informe global de 1980, dado durante el gobierno de Jimmy Carter era para dar miedo, dijeron los científicos Herman Kahn y Julian Simon. Pero la nueva información pinta un futuro más optimista. Las tendencias generales, ecológicas, económicas, políticas y sociales indican un mejoramiento.

"No decimos que todo será color de rosa en el año 2000. Los niños seguirán con hambre, habrá gente pobre, nuevas enfermedades atacarán a la humanidad, y el peligro de una guerra nuclear no habrá desaparecido, pero en términos globales, el siglo XXI pinta algo mejor que el final del siglo XX".

He aquí una declaración importante de científicos serios. Viene a traer un poco de aire fresco a nuestro enrarecido ambiente político-económico-social. Ojalá resulte cierto, y nuestros hijos y nietos puedan vivir en un mundo algo mejor que el que nos ha tocado a nosotros.

Quizá la humanidad, cansada de tanta guerra, tanta violencia, tanta droga, tanto vicio, tanta mentira, tanto crimen, experimente una reacción en contra de todo eso, y empiece una era de comprensión, de colaboración, de tolerancia y de buena voluntad.

Pero si la humanidad va a tener tal reacción en el año 2000, será porque un poder espiritual superior, un poder que baje de lo alto, la capacitará y le dará fuerzas para ello. Podrá haber, por parte de la humanidad, un esfuerzo noble y sincero para cambiar las cosas, pero el poder, el poder verdadero, tendrá que venir de Dios.

Ese poder no será otro, no puede ser otro, que el poder de Cristo que vino a la tierra. Porque Cristo murió en la cruz para pagar el precio de la redención de la humanidad entera; luego resucitó y se fue a los cielos. Y se fue prometiendo volver, dejando en la tierra, como su alter efo, al Espíritu Santo.

Cuando Cristo venga de nuevo, será para restablecer en forma completa, perfecta y definitiva el reino de Dios. Ese es el reino que todos añoramos y soñamos. Y ese reino puede entrar hoy en nuestro corazón.

 

 

 


 

REFLECTOR
Pinta de yeyo

 

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