El 24 de abril de 2005, el alemán Joseph Ratzinger, quien días antes había sido escogido como nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica Romana, ofició su Misa de Inauguración Papal en la Basílica de San Pedro. Escogiendo el nombre de Benedicto XVI, Ratzinger se convirtió en el Papa número 265, reemplazando a Juan Pablo II.