CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, soy autoridad y me burlo de la ley

Ayer un joven llamó a esta redacción para quejarse una mujer policía. Según señala el quejoso esta joven, de apellido Jaén y asignada a la Dirección de Operaciones del Tránsito, viajaba en un autobús de la ruta Santa Librada (matrícula 8B-464 con el nombre Original Fernando) y ella misma le pedía al busero que pusiera música, aun cuando está prohibido por bienestar de los pasajeros.

Este es un mal orgánico en nuestras sociedades. Son los funcionarios designados y elegidos para hacer cumplir las leyes, los primeros en quebrantarlas. Las consecuencias de estas acciones no pueden ser más desastrosas: los asociados dejan de creer en las autoridades y en las propias leyes, lo que provoca la anarquía y la agitación en la comunidad.

Todos empezarán a romper las normas que se supone deben regir la conducta social, y nadie cree en nadie. Todos, hasta los más inocentes, comenzarán a hacer lo que a sus intereses beneficia, en perjuicio del bien común.

Pero lo que, según el quejoso del autobús de Santa Librada, hizo la agente del Tránsito, no es más que un efecto de lo que hace la clase política en general. Todos, en la cadena de mando que existe en la sociedad, no hacen otra cosa que imitar a los grandes, quienes están en la cúspide de la pirámide del poder.

 

 

 

 

 

 

AYER GRAFICO
Familia de Joaquín "Chin" Carrizo, el notable Compositor e inventor del pueblo de Ocú


OPINIONES

 

PRIMERA PLANA | PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1995-1999, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.