En siglos pasados, las canas eran un símbolo de sagacidad. Por ejemplo, en la corte francesa del rey Luis XIV abundaban las pelucas polveadas porque hacían parecer a sus dueños más sabios. Históricamente, las canas han sido símbolo de madurez y sabiduría. En la actualidad, la publicidad de tintes para el cabello las han convertido en un problema estético, mostrándolas como un signo evidente de envejecimiento.
El encanecimiento ha tenido con estas campañas más valor social que fisiológico. Mucha gente relaciona las canas con la vejez, pero esto es totalmente incorrecto. Aunque el principal motivo del encanecimiento tiene que ver con la pérdida de color con el paso del tiempo, hay personas que a los quince años de edad ven aparecer sus primeras canas; y a los treinta, alrededor de la cuarta parte de la gente puede llegar a tener muchas.