Nada camina con mayor destreza que el pensamiento como faena de la inteligencia y, la meditación con la fantasía aliadas como vehículos de los placeres del ser presumido. Es hermoso llevar los consentimientos de nuestros criterios, elevándolos al escenario plenario de las consideraciones, sometiéndolo al consenso de las opiniones generales como punto de partida dirigidas al encuentro de las circunstancias oportunas, causando singular revuelo, a manera de trofeo engalanando las relaciones vecinales. Pero a todo esto, cuán penoso es tratar de horadar la roca intentando hacer salir de ella el agua Viva, Crítica en Línea de la felicidad general, hecha una codicia por todo pensador ambicioso.
Hoy vivimos bajo el reinado de la discordia y la indiferencia, introducidas en el obtuso ambiente donde el mentiroso es premiado con coronas, cuán difícil es para el hombre actual poner primero el respeto y la urbanidad en busca del adecentamiento social donde todos gocemos la felicidad, aliados de lo afable, sometidos a la balanza del frío análisis, prosperidad que ansiamos con fogosidad, en aborrecimientos de la envidia trasnochada. Espinoso es tratar de compensar la distancia que separa la buena voluntad de la mala voluntad, siendo tan cruento poseer la primera y tan fácil ser dueño indiscutible de la segunda. Personas que les pesa toneladas darles los buenos días a los vecinos, pero ocupan los primeros lugares practicando la mala fe, criticando las bondades ejecutadas por los escasos personajes que actúan alejados del habilidoso juega vivo.
Suman incontables porcentajes los embusteros sobre los amorosos en este paraíso maltratado por la inquina injuriosa. Nos buscan cuando somos necesitados luego sin duda alguna hará acto de presencia la descomunal estocada, premiando con infamia la acción que en buena lid se ha realizado. No pasamos de ser los escachalandrados vivientes, dándoles poca importancia a los acontecimientos insólitos de la vida cotidiana.