Domingo 11 de abril de 1998

 








 

 

 


Carrera por la vida

Antonio Pérez
Crítica en Línea

Es la madrugada de cualquier día del año, César termina de recibir sus tratamientos en la sala de hemodiálisis de la Caja de Seguro Social, su cuerpo está desgastado, a pesar de que tiene 17 años sus piernas no tienen la suficiente fuerza para mantenerlo de pie.

Su madre es su única compañía, no tienen un vehículo disponible para trasladarse a su residencia en Las Mañanitas de Tocumen, a esa hora de la madrugada lo que menos hay es un bus colectivo, y los transportes selectivos prefieren utilizar esa frase que ya se les ha hecho costumbre: "No voy para allá", sin tomar en cuenta que la tarifa mínima en este sector de la ciudad es de diez dólares.

Durante tres veces a la semana César pasa por la misma suerte, pero su deseo de vivir lo llena de valor para hacer todo su esfuerzo posible y llevar una vida normal como cualquier otro adolescente.

Cuando termina sus tratamientos de hemodiálisis, y después de tantos intentos para conseguir un transporte que lo lleve a su casa, son pocas las horas que utiliza para dormir, porque le espera otro deber; tiene que estudiar, para luego ponerse su uniforme y dirigirse a la escuela.

César cursa el sexto año en el turno vespertino de un colegio ubicado en el corregimiento de Juan Díaz. A pesar de sus dificultadas tiene buenas calificaciones.

Su sueño es poder hacer una vida normal como sus compañeros, salir al cine y comer lo quiera, salir a una fiesta y tomar cualquier tipo de bebida sin el temor a que su riñón no pueda liberar los tóxicos.

Para que César pueda hacer todas estas cosas, la única salida es un transplante de riñón, puede ser de un pariente vivo o de un cadáver que sea compatible con él.

La primera propuesta no es favorable para César, porque si alguien de su familia se ofrece a donar un riñón puede que con tiempo padezca de insuficiencia renal y él no quiere ese sacrificio, por eso la segunda propuesta es la más aceptable.

Allí están las esperanzas de César, que es el reflejo de muchos jóvenes que padecen esta enfermedad y de otros pacientes que a pesar que no tengan la edad de un adolescente, sueñan vivir lo suficiente para hacer cumplir sus metas.

 

 

 

 


 

APUNTES

¿Qué es el Manto de Turín?

El Santo Manto o Sábana Santa, que una sólida y sustentada tradición señala como el manto que envolvió el cuerpo de Jesús, es una fina pieza de lino de 3 pies y 7 pulgadas de ancho, y 14 pies y tres pulgadas de largo (exactamente 8 por 2 cubits, la antigua medida usada en Israel).

El manto lleva la imagen detallada del frente y la espalda de un hombre que fue crucificado de manera idéntica a Jesús de Nazaret según describen las Escrituras.

El manto está en Turín, Italia, desde 1578 y es puesto a exposición pública apróximadamente una vez por cada generación. La última exhibición previa a la extraordinaria que se viene realizando como preparación al Jubileo tuvo lugar en 1978, y en cinco semanas, aproximadamente 3 y 1/2 millones de peregrinos la visitaron.

Con el fin de determinar el modo cómo la imagen se imprimió en la sábana, más de 1000 investigaciones científicas de las más diversas especialidades han sido realizadas y se le han tomado 32,000 fotografías.

Estas investigaciones han hecho de la Sábana Santa la reliquia más estudiada de la historia.

En la tela se ha encontrado polen de flores que crecen en la época de Pascua en el Mar Muerto, así como residuos de polen de Francia y Turquía. Polvo de tipo travertino - aregenito, como el que se encuentra en los alrededores de Jerusalén fue encontrado en los pies, rodillas y nariz de la imagen.


 

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