El Gobierno de Panamá dijo ayer, que el país cuenta con una democracia joven y que pese a las dificultades que enfrenta, avanza hacia su consolidación con el compromiso del Estado de garantizar el goce, promoción y protección de los derechos humanos.
La Cancillería panameña salió así al paso al informe del Departamento de Estado de EE.UU. sobre derechos humanos de 2010 en el que señala que en el país se destacan las pésimas condiciones penitenciarias, la corrupción y las interferencias políticas en el sistema judicial.
Además, presiones políticas sobre la prensa, la violencia contra mujeres y niños, y la discriminación contra las personas con discapacidades.
El ministerio de Relaciones Exteriores indicó ayer en un comunicado, que el Estado adelanta políticas públicas, programas e iniciativas que representan avances significativos en la agenda humanitaria del Gobierno panameño, que preside Ricardo Martinelli, que tomó posesión del cargo el 1 de julio de 2009.
Entre esos avances destaca la ratificación de cuatro instrumentos en materia de derechos humanos entre los que se encuentran dos convenciones sobre Apatridia, la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, y el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles inhumanas y degradantes.
El comunicado subraya que este último instrumento garantiza la supervisión nacional e internacional del sistema penitenciario, pues coadyuvará a la prevención de violaciones a los derechos humanos, a través de la creación de un mecanismo nacional que emitirá recomendaciones a las autoridades.