CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no legislo a favor del pueblo
La gente piensa que sólo
a los pobres les va mal, y que la quemadera ente hombres y mujeres, la sinvergüenzura
y todas las cosas malas nada más ocurren en los barrios pobres. Qué
va loco, ahí va este cuento que sucedió en Paitilla en una
familia conocida de la clase alta.
Esmeralda es una señora que cuando camina ni toca el piso, que
vivía en un tremendo condominio en Paitilla con su marido Bernardo.
La doña ardía permanentemente en deseos de ser acariciada
por su distinguido marido, pero éste siempre ponía el pretexto
de que estaba cansado, porque había tenido un día ajetreado
en su empresa o llegaba tarde y se iba a dormir al cuarto contiguo ¡Hombe
papá!, llegó el momento en que la doña pensó
que su marido ya no la quería o se había enamorado de otra
mujer más joven y bella.
Y pese a sus insinuaciones, sus cortes de cabello y sus vestidos sexis,
Bernardo ni siquiera notaba los cambios. Preocupada por lo que sucedía,
Esmeralda decidió contratar a un detective privado para que investigara
el caso.
Porque eso sí, doña Esmerada sabía por los chismes
que los esposos de sus amigas ricas se reunían en un Club a jugar
baraja o tomar traguitos finos, y tenían su cualquier cosita por
allí. Pero eso estaba bien después de todo, ya que es mejor
saber dónde se metían sus maridos, a que andubieran por allí
con desconocidas y le trajeran una mala enfermedad a la casa.
El detective comenzó a seguir al Don, y descubrió tremendo
tamal. El señor ni siquiera visitaba al famoso Club en mención,
sino que se iba a la Avenida que antes se conocía como Cuatro de
Julio, en su BMW del año color verde platinado, y se llevaba a tremenda
negrona, que ni siquiera tenía carnet de salud vigente. Llegaban
a un hotel de la localidad para riquitillos y hacían cuanta locura
se le viniera a la cabeza.
Con María Fernanda del Rosario, la negrona, las cosas eran diferentes,
el man se transformaba y el corazón le latía más aprisa,
conocía la magia del amor y realizaba sus más secretos deseos.
Que va amigo... Bernardo ya no podía vivir ni un minuto más
sin su adorada muñequita, así que había decidido dejar
a su mujer para unir su vida a una prieta.
Pero, qué va papá, el detective que ya sabía sobre
el asunto alertó a doña Esmeralda, quien se l lenó
de furia al ver que ella, una mujer de clase alta iba a ser desplazada por
una negrita de la peor ralea, y se presentó sin más al nidito
de amor de su marido. Se armó tremendo alboroto, agarró a
puños a su amado esposo y a patadas a la chichi, amenazando al Don
con quitarle las acciones de la compañía y encarcelar a la
morenita.
El pobre Bernardo juró nunca más volver a ver a María
Fernanda y ella a su vez hizo lo mismo, el cuento se quedó de ese
tamaño y ahora, el pobre marido oprimido no se atreve ni ha voltear
a ver una mujer, por muy fea que sea.
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AYER GRAFICO |
Orlando (Cascarita) Guerra fue una de las grandes atracciones artísticas
en Panamá |
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