Todo lo que sube tiene que caer, nos dice el cantante puertorriqueño Gilberto Santa Rosa; también, el coro de su música señala: "Déjala que siga, yo la agarro bajando", y no se equivoca; es más, reafirma la teoría de la gravedad de Isaac Newton.
Si basamos nuestro planteamiento en que la ley de la gravitación universal señala que todo lo que sube tiene que bajar, de hecho sostenemos que es una situación que vivimos en nuestras vidas. Sucede cuando se sube un elevador, cuando subimos escaleras y cuando asumimos un cargo que nos hace diferente a los demás compañeros, pues con ello aceptamos responsabilidades que implican el logro de objetivos y metas.
Por experiencia propia, siempre he sostenido que la vida es un reto y hay que asumirlo. En nuestra vida personal y profesional, estamos rodeados de retos y oportunidades que si no las aprovechamos en el momento, quizás para mañana sea tarde, y será el motivo de lamentos el resto de nuestro existir.
Recordemos que todos somos hijos de Dios, y como tal, somos instrumento de nuestro Creador, sólo Él sabe en qué momento y en qué lugar nos ubica para servirle. Nada es casualidad. Pero, cuando ese momento llega, no podemos olvidar nuestras raíces, y mucho menos a las personas que nos rodearon, que compartieron sus experiencias, que nos orientaron, que fueron nuestros guías y, sobre todo, que nos brindaron su amistad sincera. Si llegamos a olvidar, la caída será más fuerte y dolorosa, quedaremos peor que la manzana de Newton.
Habrá alguien que diga, sí, es cierto, todo lo que sube debe bajar, pero lo importante es que ahora, estoy arriba. Pero esa posición ¿cuánto crees que te dure? Lo importante es estar bien con Dios, con uno mismo, y no cambiar las verdaderas amistades por posiciones pasajeras. Lo material siempre debe dejarse a un lado, es mejor conservar una amistad que te visite en tu lecho de enfermo, a tener bienes que cuando partas de este mundo no te puedas llevar y lo que causen es división en la familia y entre los seres que te quieren y aprecian.
El mensaje de hoy está centrado en ser uno mismo. Que tu paso por la vida deje gratos recuerdos, esa sería la mejor herencia que le puedes dejar a tu descendencia.