EDITORIAL
De vuelta al ruedo político
Después de una breve
tregua, los políticos se lanzan hoy nuevamente al ruedo sin medir
las consecuencias de sus promesas electorales.
En aquello de prometer, todos los candidatos, y sin excepción,
no se han quedado atrás y aún a sabiendas de que gran parte
de sus proclamaciones son demagogia pura, le han perdido el respeto a las
palabras y a los ciudadanos.
La política de hoy en nada difiere a la de otros tiempos en que
los candidatos a puestos de elección popular le prometían
"el cielo y la tierra" a los electores, los que una vez pasadas
las elecciones experimentaban un sentimiento de frustración.
Como rasgo saliente de estas promesas incumplidas está la consigna
"El Pueblo al Poder". Así mismo, está la acción
de muchos legisladores cuyo notorio ausentismo en las sesiones de la cámara
legislativa ha sido también una experiencia frustrante que ha animado
al pueblo panameño a que no repitan los actuales legisladores.
Muchos candidatos no tienen idea de la importancia que significa ganarse
un escaño en la Asamblea o en el Consejo. La perspectiva de una bonanza
económica y en el próximo milenio con la inminente reversión
del Canal, ha puesto a algunos a acariciar quimeras de que será un
botín o pastel de rapiña las áreas revertidas al momento
en que saquemos "Las últimas estacas del colonialismo".
El 2 de mayo debemos votar con conciencia patriótica. Nada de
amiguismo ni compadrazgos. El pueblo tendrá que elegir los mejores.
Por eso debemos analizar y ver con cautela la euforia que están demostrando
muchos candidatos con promesas fáciles que ellos mismos saben que
no podrán cumplir. Este pueblo ha sido muchas veces engañado
y creemos que ha alcanzado cierta madurez porque no se deja seducir con
gorras, suéteres y la compra del voto, practica superada de la bochornosa
política de ayer.
Advertimos al pueblo panameño que no se dejen sorprender de los
cantos de sirena de estos políticos trasnochados. Mantener en alto
el estandarte de la dignidad como votantes es la mejor muestra de una independencia
ideológica y de un criterio libre y amplio. Que vengan los políticos
al ruedo, pero no pasarán los que se escudan tras una propaganda
engañosa.
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