Así como no hay una mujer igual a otra; no hay una receta infalible que prenda a las mujeres; algunas son muy complicadas y otras más son sencillas y sutiles.
Saber lo que ellas quieren no es fácil, por eso hay que experimentar, hay que conquistarlas y conocerlas.
Existen diversos tipos de mujeres: exigentes, comprensivas, generosas, tímidas y entregadas y he descubierto que los deseos femeninos tienen muchas distinciones y varían con lo que deseamos normalmente los hombres. Ellas son más sensuales que sexuales, hay que distinguir muy bien esta diferencia. Mientras que la excitación masculina se concentra básicamente al momento del coito, ellas tienen que llevar un proceso previo para excitarse. Los besos y caricias previas son fundamentales para encender a tu chica. Tómate tu tiempo y bésala por todo el cuerpo, no olvides ninguna parte. Acaricia su espalda, bésale el cuello, los hombros y detente un buen tiempo en esa zona. Las prisas no entran en este ejercicio. Esto permitirá que la mujer se excite y lubrique.
El sexo no debe ser reducido solamente a un acto de entrada por salida.
El cuerpo de la mujer posee un gran número de zonas altamente eróticas. Prueba las orejas, el cuello, los brazos, las manos, la espalda, la entrepierna, los muslos, los pies, los labios, la cara, la cabeza. Cada parte le brindará sensaciones diferentes y cada mujer vibrará de forma diferente con cada una de las zonas erógenas, ninguna mujer es igual a otra, habrá alguna que le gustará que beses sus pies y otra preferirá que le beses la espalda. Experimenta.