Uno de los buseros implicados en el accidente de tránsito la madrugada del sábado, que le costó la vida a dos panameños, tenía dos colisiones pendientes.
Rubén Darío Roberts, de 23 años, conductor del bus 8B-284, conducía con licencia inadecuada; fue multado en el 2007 por manejar con licencia inadecuada; el 28 de enero y el 23 febrero del 2008 estuvo involucrado en dos colisiones.
El otro busero-Ronald González, de 35 años-conductor del autobús 8B-343, no tenía-hasta la fecha-ninguna marca en su expediente de tránsito.
A los dos conductores, acusados de "homicidio culposo", se les suspendió la licencia de conducir, y según el secretario general de la ATTT, Miguel Martínez, hay grandes probabilidades de que se les quite por el resto de sus vidas.
Martínez destacó que no solamente esos "animales del volante" (como los calificó) serán sancionados, ya que a los dueños de ambos vehículos se les suspenderá el certificado de operación. Además, existen grandes probabilidades de que a ambos se les interponga una demanda civil por dar su vehículo a personas no aptas para conducir buses.
Destacó que se esperará conocer las sanciones que interpongan las autoridades civiles, pero ellos como autoridad exigirán que se les abra un proceso a los dueños de ambos buses, porque no se puede permitir que "ellos estén dando los vehículos que transportan seres humanos a cualquier loco".
Por su parte, el Juzgado XI definirá una petición de fianza de excarcelación presentada por la firma forense Jaén y Asociados, a favor de Ronald González.
Según la defensa-Valentín Jaén Cocherán-el bus operado por Roberts embistió la parte trasera del otro bus.
Ronald iba a ser indagado el sábado en la Fiscalía Auxiliar, pero se acogió al artículo 22 de la Constitución que señala que nadie está obligado a declarar contra sí mismo.