Brindar seguridad al país no sólo es la misión de los agentes de la institución de vigilancia más importante: la Policía Nacional también debe atender situaciones inesperadas como el nacimiento de un bebé.
Este es el caso de los agentes Ricardo Pinto, sargento primero, y Arcenio Espinoza, cabo primero, quienes laboran en las fuerzas especializadas de frontera en la zona limítrofe de Panamá con Costa Rica, los cuales se vieron en la necesidad de atender el parto de una joven.
El hecho se produjo, el pasado 24 de febrero a las 7:25 de la noche, cuando el señor José Corella se presentó al puesto policial de Breñón, en el distrito de Renacimiento, en compañía de Lisbeth Sánchez Araúz, de 19 años, quien se encontraba en estado de gravidez.
Esta no alcanzó a llegar al centro de atención médica y dio a luz dentro del vehículo frente a la estación policial, y sin aún cortarle el cordón umbilical.
Ante ello y temiendo por la vida de ambos fueron trasladados a la estación de policía de Paso Canoa, en donde el sargento Pinto puso en práctica sus conocimientos de paramédico y cortó el umbilical de la criatura con la ayuda del cabo Espinoza, quien tenía capacidad como partero.
Aunque el proceso fue un poco delicado fue exitoso, pues ambos madre e hijo fueron trasladados en perfectas condiciones hacia las instalaciones del Hospital Materno Infantil José Domingo de Obaldía, donde posteriormente se les brindaron las primeras atenciones de parte de especialistas.
Incidentes como los relatados ponen en evidencia que no sólo brindar seguridad a la ciudadanía en las calles, pueden llevar a cabo los agentes de la institución policial, pues demostraron también estar capacitados hasta para dar atención a situaciones tan delicadas como lo es alumbramiento.