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Por un momento me detuve a pensar sobre la cantidad de agua que han regado en el Carnaval. Especialmente aquí en La Villa de Los Santos donde he estado de visita. Recordaba aquella descripción de Rommel Martínez a través de RPC Radio y directo desde Puerto Arm�elles, Chiriquí... la ciudad de las arenas y mujeres bellas. "Estamos en el terreno de juego... directamente desde el Glorias Deportivas Baruenses... un estadio duro como el cemento, donde no hay suavidad y un hueco por el lado de la tercera base", decía en sus comentarios el narrador deportivo. Y no era para imaginar o pensar otra cosa. Nuestros estadios están en una situación deplorable. Nadie puede asegurar o afirmar que en Colón tenemos un terreno adecuado para el béisbol. Lo del Mariano Bula de la Costa Atlántica no se puede solucionar con un ligero maquillaje. En la capital el Juan Demóstenes Arosemena requiere de más de 40 mil dólares para su reparación. El Chitré no hay de que alagarse, lo mismo en el Remón Cantera al cual se le engañó, diciendo que sería sede de un torneo internacional como el pre-olímpico y ahora se apunta hacia el vetusto de Curundú.
Es deber del gobierno panameño mantener y darle a su pueblo unos terrenos adecuados para la práctica del deporte. No puede ser que en estos tiempos modernos, sigamos durmiendo en el lado dañado de la cama. La pelota panameña le ha dado muchos beneficios y momentos gloriosos a Panamá y el gobierno a través del INDE no hace nada por construir o reparar debidamente los estadios.
No podemos cantar victoria... con el Estadio Nacional, pues aún se debe mucho más de un millón de dólares por la construcción a empresas que reclaman y esperan (hoy día con poca paciencia) el pago de sus honorarios.
Cuál es la estructura de nuestro béisbol actualmente. �Qué tenemos señores? No tenemos campos de juegos y no tenemos estructura. Nuestra pelota fuera mejor, pero el tiempo deterioró nuestros estadios y ahora no hay de dónde sacar. |
