Con el Credo entre los dientes, así se mantienen los pescadores de la marginada comunidad de Playa Leona en La Chorrera, que en los últimos días han sido atacados cobardemente por sujetos que, haciéndose pasar por policías, les roban todo.
Ismael Rivera es un joven de 20 años que desde que se salió de la escuela cuando estaba en segundo año, se dedica a la pesca, siguiendo los pasos de su padre, del mismo nombre.
Por cosas de la vida, el domingo de Carnaval su papá no lo acompañó y se fue a pescar en compañía de su primo José Alba y dos pescadores más.
Eran las 11:00 de la noche, cuando en medio de la oscuridad, varios sujetos vestidos de policía que, ocultando sus rostros con pasamontañas y metidos en su panga, los golpearon, los amarraron y sacaron a relucir un arma.
Lastimosamente, la peor parte en este incidente la llevó Ismael Rivera, quien fue alcanzado por la propela y, como si fuera poco, "nos rociaron gasolina y nos iban a prender, pero por suerte, no encontraron el encendedor", recuerda el pecador.
No conforme con robarles todo lo que llevaban estos humildes pescadores, uno de los forajidos hizo saber sus intensiones de matarlos, pero uno de ellos dijo: "si tú los matas a ellos, te mueres también".
Desangrándose por la grave herida que le causó el motor de la panga, Ismael Rivera con ayuda de sus compañeros se subió a la embarcación y desde entonces empezó su via crucis, pero el instinto de supervivencia los ayudó a ponerse a salvo.
Ingeniosamente, Edilberto Pittí De La Flor tomó la manguera del gas con la cual succionaba el combustible con la boca.
Así llegaron hasta el Terraplén en donde con ayuda de un taxi llevaron a Ismael Rivera hasta el Hospital Santo Tomás.
Lo preocupante de esta situación es que, al parecer, esta ruta se ha convertido en el sitio ideal para asaltar a estos humildes trabajadores del mar que arriesgan su vida por unos cuantos dólares.
Y es que, casualmente, el jueves en la noche, casi 3 días después del ataque de Ismael Rivera, otros pescadores también de Playa Leona fueron atacados por los mismos sujetos, según la descripción y el modus operandi. Ellos piensan que son panameños.
Otro de los pescadores que puede dar fe de la inseguridad con que viven los trabajadores del mar es Gumercindo Torres de 62 años quien dice que eran como las 3:00 a.m. cuando por los alrededores de Tocumen fueron asaltados por 4 sujetos que se identificaron como policías. Se llevaron todo menos la panga. Solo les quedó el susto y el gasto de aproximadamente $200 que es lo que invierten entre víveres y comida cada vez que se embarcan.