Panamá y el mundo celebraron ayer el Día de la Amistad y el Amor, los sentimientos más hermosos que puedan existir entre los seres humanos.
Desnudan el corazón y el alma de toda persona y sacan a relucir lo mejor que hay en uno. A veces la fecha se pierde por el mero consumismo y la comercialización que envuelve casi todas las actividades de la vida moderna.
Sin embargo, todavía hay seres que mantienen la pureza de los sentimientos los cuales perduran más allá del homenaje que ayer se le rindió a San Valentín, aquel sacerdote que en la época del Imperio Romano desconoció una orden que prohibía el matrimonio entre la población joven y arriesgando su vida, oficiaba el casamiento de éstos.
Desdichado aquél que en su vida no ha tenido un buen amigo o no ha amado con todas sus fuerzas. No sólo el 14 de febrero, sino todos los días debe rendirse tributo al amigo y al amor sincero; aquél que nunca te abandona; el que está contigo cuando más lo necesitas; el que conoce de tus penas y alegrías.
Pero aunque el amor es un bello sentimiento, es algo tan raro que a veces lleva a las personas a la comisión de cualquier locura. Hay quienes pierden el juicio. Como Romeo y Julieta modernos, algunos hasta atentan contra su vida, todo por un amor.
Pero ese tipo de amor no es sano. La atracción entre dos personas que se aman, no debe dar cabida a situaciones lamentables. Si no eres correspondido deja que tu pareja se vaya. En algún momento de tu vida llegará otra persona que te apreciará tal como eres y volverá a encender la pasión que llevas por dentro.
Cualquiera fecha es buena para felicitar a los que aman de verdad y a los que aprecian el valor de la amistad. Para los que no tienen a nadie a su lado, sonrían, porque en la esquina, quizás hoy mismo, podrán encontrar a esa persona que les llenará de alegría la existencia.