Por unos pagaron todos. Esa es la moraleja para las 252 familias que residen en el edificio Tuira, ubicado a orillas de la vía Tumba Muerto.
La inconsciencia de un grupo de vecinos que no supieron utilizar el moderno sistema para el depósito de basura, mejor conocido como "chuta" fue el motivo principal para su clausura.
Lucila Rodríguez, actual presidenta de la Junta de Directiva de copropietarios del edificio, explicó que algunos inquilinos por pereza o dejadez arrojaban por la chuta cosas como arena, bloques y hasta colchones que provocaron la obstrucción del sistema.
Frente a esta situación dijo Rodríguez, en una decisión consensuada, hoy los tubos que forman parte de la chuta están cerrados definitivamente y obliga a los residentes a depositar la basura en el tinaco comunitario.
Sin embargo, la entrevistada expresó que la situación empeora porque principalmente desde la torre B del edificio existen personas que sin ningún reparo tiran las bolsas de basura desde los balcones de los apartamentos.
Aseguró que con toda naturalidad desde los pisos superiores tiran la basura -y otros desperdicios inimaginables como pañales sucios y hasta papel higiénico usado- que causa disgusto "entre los que luchamos por mantener la limpieza fuera y dentro del edificio".
Señaló que eso afecta directamente la imagen de los que viven allí, pero principalmente presenta un cuadro de insalubridad. Indicó que han acudido a las instancias de corregiduría para acabar con esta mala práctica, sin embargo persiste.
Será entonces responsabilidad de cada inquilino mantener el ornato.