Las cosas se complican Ch�vez intent� apagar fuego de acusaciones pero las cenizas siguen ardiendo
Agencias
Internacionales
El presidente venezolano Hugo Ch�vez intent� apagar el fuego cruzado de acusaciones entre sus partidarios militares y los dos civiles m�s prominentes de su gobierno, con un dram�tico discurso la noche del viernes, pero este s�bado las cenizas segu�an ardiendo. El mandatario se esforz� en asegurar que Jes�s Urdaneta, Francisco Arias C�rdenas y Joel Acosta Chirinos, los otros tres comandantes de la rebeli�n del 4 de febrero de 1992 que protagoniz�, seguir�n siendo "sus hermanos de la vida" y dej� en manos del nuevo Poder Moral la investigaci�n de las denuncias que formularon. Los tres comandantes se rebelaron y divulgaron un comunicado con sus cr�ticas sobre el entorno pol�tico del mandatario y en especial a las dos figuras mas prominentes de su gobierno, su mentor pol�tico Luis Miquilena y el canciller Jos� Vicente Rangel, a quienes acusaron de gobernar con las pr�cticas de clientelismo pol�tico del pasado. Ch�vez, en tono sentimental, abund� en detalles sobre los v�nculos casi familiares que lo unen a estos tres comandantes y critic� que dilucidaran sus diferencias p�blicamente. "El cari�o es una cosa que no tiene nada que ver con las responsabilidades", le replic� este s�bado Urdaneta, quien asegur� que su postura "no es problema de amigos sino de criterios". Urdaneta, ex director de la Polic�a Pol�tica (Disip) hasta enero pasado, entreg� a la fiscal�a 46 expedientes de casos de presunta corrupci�n entre los que se incluyen acusaciones sobre tr�fico de influencias contra Miquilena, figura clave de la campa�a presidencial de Ch�vez y ex presidente de la Asamblea Constituyente que redact� la nueva Constituci�n Bolivariana. "La disidencia es sana para la democracia, no hay que tomarla como una traici�n", insisti� Urdaneta. Por su parte, Arias C�rdenas, estratega de la rebeli�n de 1992 y a quien Ch�vez identific� como autor del comunicado y critic� que no le hablara "a los ojos", insiste este s�bado en sus objeciones e insta al mandatario a "tomar decisiones". Pese al disgusto de Ch�vez, la controversia sigue copando hoy los principales titulares y an�lisis de la prensa. "Los factores pol�ticos se obstinan en mantener como secretos de Estado todo lo que leg�timamente concierne a los dominios de la opini�n p�blica", afirma el editorial del diario El Nacional. "Urdaneta es un traidor, farsante, difamador y calumniador que quedar� en rid�culo", declar� Miquilena seg�n el popular diario 2001. Se inform� incluso que Miquilena pidi� al fiscal general que aplique a Urdaneta un art�culo del c�digo penal que establece pena de cuatro meses a dos a�os de c�rcel a quien ofenda a altas autoridades. Conjurar la crisis se hace cuesta arriba para el mandatario, quien prefiri� en principio apelar al silencio porque los tres comandantes y los dos civiles cuestionados son para Ch�vez como su mano derecha e izquierda, estimaron analistas. Los primeros le acompa�aron en la intentona golpista que lo catapult� a la opini�n p�blica, "me ayudaron a cruzar el primer desierto", dijo Ch�vez en su alocuci�n del viernes, y simbolizan su v�nculo con la instituci�n militar de la cual procede, y los segundos lo encaminaron por otro "desierto" con su experiencia pol�tica, hacia la presidencia. "Yo fui comandante del 4 de febrero, ya no lo soy", dijo Ch�vez al clarificar un distanciamiento con sus compa�eros de armas e inclinar la balanza, por ahora, hacia Miquilena y Rangel, sus leales aliados pol�ticos. La disputa entre militares y civiles en el proyecto de "revoluci�n bolivariana" de Ch�vez est� a�n lejos de terminar, pero entretanto el tabloide El Globo public� este s�bado una mancheta que reza: "un round para Miquilena".
|